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lunes, 27 de junio de 2016

La Unidad de la izquierda Latinoamericana y la desunión europea


El 24 de junio de 2016 va a entrar en la historia como una fecha paradójica. Ese día en la financierizada Londres se anunciaba el triunfo de la postura favorable al Brexit en el referéndum  llamado al efecto.  Este resultado  demostrativo de la voluntad del pueblo de Gran Bretaña, pero más específicamente de Inglaterra  ya que en otras  regiones como Escocia o Irlanda tomadas por separado ganó el “remain” puso en profunda   crisis una unión de naciones europeas, la UE, que  oportunamente, en los comienzos de la globalización se había exhibido  como evidencia palpable de que el capitalismo, aun en su desenfadada versión neoliberal, no solo  era compatible con la paz y la cooperación internacional  sino que incluso  las generaba a través de sus invisibles y automáticas dinámicas.
La crisis cuyas consecuencias no están  todavía claras del todo,  pero por momentos aparecen como extraordinarias,  lo que en realidad  pone en evidencia palpable es que la Unión Europea nunca fue una  verdadera  “unión” y que  lo que menos la inspiraba era una sincera intención de cooperación y solidaridad entre las naciones que la formaron, sino que,  constituida efectivamente al calor del espíritu capitalista neoliberal, ha sido preferentemente  un instrumento de unas pocas burguesías europeas poderosas, para expoliar mejor a los pueblos de toda Europa, incluidas, eventualmente, las burguesías menores de los demás países de la mentada “unión”.
Claro que todo ello estuvo oculto, desde el principio, por una lluvia de euros, cedidos a cuenta, a “troche y moche” multiplicando un consumismo irresponsable y generando un bienestar e. Pero, como es sabido,  las lluvias siempre alguna vez paran. Y esta paró ya claramente en el último trimestre del  2012.
Más allá  de los fenómenos de irracionalidad antiinmigratoria, que han fortalecido las potencialidades electorales de los partidos de extrema derecha, lo que está determinando  la gigantesca crisis político institucional de la unión es el abrupto descenso del nivel de vida de amplios sectores sociales  y el aumento del desempleo la precariedad laboral y la pobreza. Amello se suma la ausencia de algún proyecto creíble de alternativa popular dentro de la UE tal como está concebida hasta ahora o de la posibilidad real de reformarla.
Pero lo paradójico de la fecha lo completa un dato  que comparado con la espectacularidad del Brexit se puede decir que tiene por el momento casi nula visibilidad. Solo  lo pudimos constatar quienes tuvimos el privilegio político de asistir al XXII encuentro del Foro de San Pablo, en la centroamericana ciudad de San Salvador, en ese mismo día. Allí, en forma inicialmente casi desapercibida,  pero adquiriendo más y más notoriedad a medida que transcurrían las sesiones, se llegó al consenso acerca de  la elaboración de un programa político único del Foro, es decir, ni más ni menos que un programa político continental de la izquierda de toda América Latina y El Caribe .
El Foro d San Pablo nació en …. como recurso esforzado de una izquierda  duramente golpeada por el fantasma del “fin dela historia “ en medio de la fiesta neoliberal Pocos le auguraban buen futuro  en tiempos en que habían “muerto las ideologías” Los menos mal intencionados miraban al grupo de militantes resistentes con desdén  y hasta algo de pena,  como restos resilientes de un impulso utópico ya acabado. Ultimas brasas del fuego revolucionario del siglo XX del que solo quedaba llama exigua la Cuba comunista. La “izquierda verdaderamente inteligente”, abrazaba la tercera vía,  ya no de color rojo,  ni siquiera rojo pálido,  sino de un rubor rosado, manteniendo algunas reinvindicaciones de baja intensidad conflictiva,  propias del liberalismo político, y cuidadosamente seleccionadas,  pero suscribiendo un decidido pragmatismo económico, que  implicaba  el seguidismo a ultranza a todas las propuestas básicas del  neoliberalismo.
Pero la izquierda resistió, Cuba resistió y, al calor de los grandes movimientos populares latinoamericanos, muchos de ellos convertidos en gobiernos en la década del 2000, el Foro llegó a tener  los más de cien integrantes actuales que, aun  a pesar  de algunas pocas excepciones notables, todavía  no incorporadas,  pueden considerarse como la expresión legítima de la izquierda realmente existente en el continente,  y celebró en San Salvador su XXII encuentro anual.
No obstante  hasta el momento el Foro no había pasado de ser el lugar de encuentro periódico de partidos ideológicamente próximos   para intercambiar  opiniones,  reportar las situaciones nacionales y sacar en conjunto declaraciones de solidaridad o de repudio  y coordinar acciones de solidaridad  o repudio simultáneas.
Es la primera vez en la historia política latinoamericana que se da inicio a un proceso de esta naturaleza. Nunca antes se había podido construir un espacio político partidario regional en el que fuera posible tamaña empresa y desde algunas imprecisas intentonas  en los 70  que no se volvía a considerar la posibilidad de hacerlo. Las consecuencias altamente positivas para el avance y desarrollo de las luchas de los pueblos de la región por su emancipación y la transformación de la realidad, en este caso  sí son previsibles y son también extraordinarias, pero en sentido positivo.
La diferencia entre los dos procesos "unitarios" está a la vista  Uno fue impuesto fraudulenta  y mendazmente por arriba, por corporaciones financieras, a los pueblos a través de la colonización política de los dirigentes,  muchos de los cuales todavía se hacen llamar socialistas. La nuestra es una construcción que empieza desde abajo, como lanzamiento de una  dirigencia política de izquierda, comprometida con el pueblo, y para ser debatida y consensuada con todos los sectores y expresiones populares.

Mariano Ciafardini

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