China y el Materialismo Histórico
En los últimos 30/40
años la República Popular China logró un desarrollo económico, industrial,
tecno-científico y humano impresionante,
jamás logrado por ningún otro país en la historia.
Lo hizo, entre otras cosas,
a partir de liberar las fuerzas
del mercado en amplios sectores de la economía, extendiendo la posibilidad de
acumulación de riqueza por particulares y ampliando la admisión de inversión
extranjera directa en muchas partes de
su territorio. Pero todo ello lo hizo a partir de una particular y muy
inteligente estrategia política: el Partido Comunista de la República Popular
China no solo se mantuvo en la conducción de la gran nación China sino que
aumentó y sofisticó su conducción del
proceso político, económico y social sin ser cooptado ni infiltrado por ningún
sector pro-capitalista y manteniendo el centralismo democrático que asegura el
respeto consecuente de los legítimos intereses
del pueblo chino por sobre todas las cosas.
Además este gran desarrollo económico llevó a China a
desplegar una gigantesca actividad comercial con el resto del mundo y a
efectuar importantísimas inversiones comerciales financieras e
industriales en múltiples países
(especialmente países en desarrollo).
Muchos desde el “occidente capitalista”, incluso
desde algunas posiciones supuestamente izquierdistas afirman( no pocas veces en
forma insidiosa) que China “se volvió” capitalista o que se trata de un
“capitalismo de mercado”, que ya no es más socialista e incluso que es un país imperialista.
El Materialismo Histórico nos indica que el socialismo como
nuevo sistema social destinado a sustituir el capitalismo y a sentar las bases para una nueva sociedad
mundial justa y equitativa despojada de
situaciones de violencia entre los seres
humanos y de la dominación y la
explotación es, como todo acontecimiento histórico trascendental, un proceso.
Es decir no es un algo acabado que vaya a aparecer de la noche a la mañana en todo el mundo a la vez y ni siquiera
tampoco en un país o grupo de países en
forma inmediata como un salto espontáneo de un sistema a otro.
Este proceso aparece inicialmente de forma incipiente, tentativa
y discontinua, a partir de elementos comunitarios, con la horda primitiva,
y su evolución a formas más desarrolladas
estables y, debe decirse, predominantemente
violentas después, es explicado, por esta ciencia antropológica, social,
económica y política por excelencia que
es el Materialismo Histórico, como una
sucesión de etapas relacionadas con el desarrollo de los modos de producción y agregaríamos nosotros,
en términos más generales, de los modos de existencia
Si bien este, de alguna manera, largo proceso no pudo ser avisorado plenamente por los padres fundadores del
marxismo , Marx y Engels, que
pensaron, escribieron y actuaron en el siglo XIX, y ni siquiera tampoco
totalmente por Lenin, a principios del S
XX, todos ellos proporcionaron elementos teóricos indispensables para que nosotros desde la privilegiada perspectiva histórica que nos proporcionan los tiempos actuales en
la tercera década del S XXI y la visión de todo lo sucedido desde aquellos
tiempos hasta hoy podamos ahora ensayar
una descripción y una explicación más
acabada al respecto y efectuar
predicciones más precisas de las
tendencias históricas del porvenir.
En cuanto al capitalismo, como último hasta ahora modo de
producción predominante, el mismo tiene
sus momentos internos determinados por
los modos de acumulación de capital y regulación de las relaciones de producción. El
capitalismo es un mismo y único modo de producción lo que difiere en sus etapas
son los modos de acumulación y regulación (Esto lo explica en detalle la
llamada “Escuela Francesa de la Regulación”
uno de cuyos más prominentes representantes es Robert Boyer) En
cuanto a la caracterización de estos
momentos internos ( que hemos
desarrollado en “Globalización etapa superior del Capitalismo” Ed Luxemburg
Buenos Aires 2011) elos son tres : el mercantil (1300-1800), el industrial
(1900-1980) y el financiero (1990 hasta la actualidad)
A su vez, el proceso de desarrollo del socialismo a través
de la lucha de clases se inició ya por
lo menos en el S XV con los levantamientos campesinos en Europa contra los
nobles y la incipiente burguesía de las ciudades. Los ocurridos en Alemania,
por ejemplo, fueron estudiados por
Engels en su trabajo “La guerra campesina en Alemania”. A estos movimientos de
clase siguieron los de los artesanos y los pobres de las ciudades que fueron la base de las llamadas
“revoluciones burguesas” (inglesa, francesa etc.) y, ya en el S XIX, las
sublevaciones de obreros y artesanos que culminaron con la Comuna de París de 1871.
Si bien con estas insurrecciones no lograron los sublevados
acceder al poder político (salvo en la Comuna y por unos pocos días) las mismas
sirvieron para dejar plantada la semilla del socialismo como alternativa
verdadera al capitalismo (y a toda sociedad de clases). No debe olvidarse que fue al calor de estas luchas que ya en el S XIX aparece el marxismo como
ideología científica revolucionaria de las clases subalternas denominadas como
“clase obrera”.
Ya en el siglo XX el
proceso de realización del socialismo prosigue fundamentalmente a partir de un
hito mayor cual fue el de la Revolución Rusa de 1917 en la que las clases
explotadas (obreros y campesinos) lograron la toma del poder del estado
ruso y fundaron un primer estado socialista la URSS que no solo
se mantuvo en el poder durante décadas sino que ayudó a que las grandes luchas y sacrificios del
pueblo chino tuvieran éxito revolucionario
y se tomara el poder en 1949 en todo el territorio continental y se
comenzara la construcción del socialismo a nivel nacional. A estas revoluciones
se sumaron después otras como las de Corea del Norte, Vietnam, Cuba etc.
El proceso de construcción del socialismo había avanzado.
Ahora no solo la clase obrera y los pueblos de algunos países determinados habían logrado obtener y consolidarse en el
poder sino que además con la construcción del socialismo en esos países (en su
mayoría atrasados y asilados del sistema económico occidental) se lograron desarrollos industriales nunca antes vistos y
se logró mitigar y paliar el hambre y garantizar empleo, educación y salud a
toda la población.
En este segundo período del desarrollo del socialismo que
coincide con la fase imperialista del capitalismo, el imperialismo asedió y
atacó en forma brutal a los países
socialistas y los boicoteó interna y externamente aislándolos además del flujo
económico de las grandes economías industriales del capitalismo desarrollado y, además, desplegó una política
de explotación y depredación de los pueblos y países capitalistas no desarrollado neocoloniales y
dependientes retrasando el proceso de desarrollo del socialismo.
Todo ello llevó a
que uno de los países centrales de todo el sistema socialista mundial como lo
era la URSS, que además había sido
devastada por la invasión imperialista nazi en la segunda guerra mundial y que
debió hacer un esfuerzo grandioso para su recuperación, empezara a estancarse
económicamente , a burocratizarse políticamente
y con ello a debilitarse y corromperse
lo que terminó en su disolución como país socialista junto con la caída de todo
el arco de países socialistas limítrofes de Europa Oriental. Ello puso al
proceso socialista mundial en jaque momentáneo.
Sin embargo mientras todo esto ocurría a finales del S
XX en la URSS y Europa Oriental , en la
República Popular China en la que se conocían perfectamente estas
limitaciones y graves problemas del
socialismo soviético se inició un giro dialéctico de grandes proporciones,
aprovechando a la vez la crisis del propio capitalismo y la caída de la tasa de ganancia de las
empresas industriales que se pronunciaba
desde la década de los 70, las que se vieron en la obligación de externalizar
la producción industrial y era China la única alternativa posible para tan
tremendo y complejo proceso. Ello creo las condiciones materiales para que el
PCCH primero de la mano de Deng Xiaoping hasta llegar a la a la actual conducción de Xi
Jinping, determinó el impresionante desarrollo económico mencionado a comienzos
de este artículo y una hazaña sin parangón en la historia humana como es la de
sacar en menos de treinta años a 800 millones de personas de la pobreza
Ello no constituyó ningún regreso al capitalismo ni la
conversión de China en un país imperialista sino todo lo contrario. La
revolución socialista china fundada institucionalmente en 1949, sin solución de
continuidad alguna, permaneciendo en el
socialismo tomó la antorcha que dejara
caer la URSS y sumándola a la suya propia agigantó el fuego del proceso de
construcción del socialismo mundial que ahora con el impresionante desarrollo
de las fuerzas productivas mencionada
anteriormente comenzó a dar frutos, impensables en las pasadas condiciones del SXX, como la mencionada posibilidad de sacar a toda la numerosísima población china de la
pobreza, llegar al primer lugar mundial en términos del avance del PBI per
cápita, del desarrollo tecnológico y científico
y del desarrollo social particularmente en lo que respecta a los
sectores más jóvenes de la población y a la vez desplegar un entramado virtuoso
de relaciones internacionales con numerosos pueblos del mundo.
Y todo ello lo logró como dijimos mediante la continuidad de un sistema socialista con
características propias de China,
sistema dirigido por el Partido Comunista Chino (que representa a la
inmensa mayoría del pueblo chino) y el sistema de gobierno de democracia centralizada y popular de sufragio indirecto que utiliza
las fuerzas del mercado para su propio proyecto de construcción del socialismo.
Como vemos el Materialismo Histórico explica el devenir del proceso humano
universal a partir de la evolución de los modos de producción “revolucionarizados” por las contradicciones en las relaciones de
producción (modos de acumulación del capital y regulación de las relaciones
entre las clases antagónicas), pero además muestra como dijimos que a cada momento interno del capitalismo le
correspondió una forma estratégica distinta de lucha de la clase trabajadora.
Así, insistimos, a un
primer capitalismo de corte predominantemente mercantil y con un desarrollo incipiente de la manufactura en
el que se dio la acumulación originariale correspondió una estrategia
revolucionaria en forma predominante de insurrecciones o sublevamientos
campesinos y plebeyos con una vocación de universalidad, de cambio total y
absoluto de lo social, primero proto-comunistas y luego ya definitivamente
marxistas (1300- 1880 circa).
Al segundo capitalismo denominado por Lenin como imperialismo y caracterizado por el surgimiento con el
gran desarrollo de las fuerzas productivas
de grandes monopolios industriales que llevaron a los distintos países
capitalistas desarrollados a una feroz competencia entre si, le correspondió
una estrategia de la clase obrera mundial ya internacionalizada que se
manifestó en forma de revoluciones socialistas triunfantes en diversos países
que se opusieron a las tendencias hegemónicas de los países imperialistas complementado ello por las luchas de las
clases obreras y lo pueblos de los países neocoloniales o dependientes y de la clase obrera de los países
capitalistas desarrollados.
Y ya finalmente en este tercer y último momento histórico
del capitalismo (en términos dialecticos el tercer momento siempre es el último
y el surgimiento de lo nuevo) caracterizado por una forma paradigmáticamente
financiera de acumulación y regulación depredadora, la estrategia de la revolución socialista
mundial está a la vista: (1) por un
lado un gran país socialista convertido
en primera potencia industrial tecnológica científica y comercial mundial con capacidad de impulsar el desarrollo
comercial pero también productivo de
todas aquellas naciones que se vinculen con ella (particularmente las poco
desarrolladas). Un país que debido precisamente a esa estrategia y a un legado
cultural milenario profesa la paz mundial, la armonía, la complementariedad y
la cooperación abrogando por una
comunidad mundial de naciones
entrelazadas fraternalmente.
Y (2) en segundo lugar
esta estrategia de la República Popular
que expresa sin duda los intereses de las clases obreras y los pueblos
del mundo se articula con las
luchas y esfuerzos de todos aquellos países y pueblos del mundo
que luchan por superar el aislamiento el
boicot y la extorsión de las políticas
neoliberales del capital financiero global .
Con esto el Materialismo Histórico nos dice mucho sobre
China
Pero el materialismo histórico actualizado con los avances de las Ciencias
Sociales y la oportunidad gnoseológica que nos proporciona la panorámica perspectiva histórica de nuestros
tiempos tiene aún más y más trascendentes novedades que anunciar respecto del gran
fenómeno chino y su impacto en la realidad
mundial.
La historia grande de la humanidad, esa que va desde la
aparición del ser humano sobre la tierra (1000.000/ 800.000 años atrás circa)
hasta nuestros días es también explicada
y descripta en su proceso histórico de Eras, Edades y Etapas por el Materialismo Histórico.
Según una particular visión que hemos adoptado respecto de tal cuestión y que nos parece que
se condice con los fundamentos filosóficos
y antropológicos del materialismo dialéctico aplicados a la historia de
la humanidad, este gran proceso histórico ha de dividirse primeramente antes
que directamente en modos de producción,
en modos más generales de existencia del ser humano, grandes Eras del proceso
histórico.
La primera de estas Eras sería la del comunismo primitivo
pacífico y armonioso con escaso o nulo desarrollo del ego individual, de una
duración de cientos de miles de años y que habría terminado con el salto a una nueva era a partir del advenimiento, por distintos motivos, de la guerra, la violencia, la dominación y
la explotación del “hombre por el
hombre”.
Pero lo importante aquí
es que esta segunda Era, en la
que aún nos encontramos como se ve en el
gráfico, está llegando a su fin con el fin del capitalismo y su reemplazo por
el socialismo mundial. Es decir que no solo se está terminando el capitalismo
sino toda una Era de la violencia de se
podría decir aproximadamente 100,000
años de duración desde el inicio de las guerras tribales.
Y aquí se da un fenómeno de trascendental importancia para
la interpretación y el análisis de los tiempos histórico-políticos en que
vivimos: este cambio extraordinario la
tiene a China y a su proyecto económico político y social en el centro mismo.
Es decir que China no solo no se ha convertido al
capitalismo ni mucho menos al imperialismo sino que es hoy una de las más
trascendentes expresiones de los intereses de la clase obrera y los pueblos del
mundo, y de la mano de este proceso
monumental que China encarna y de su articulación con las luchas de los países
y pueblos contra la estrategia depredadora de la financierización neoliberal,
es que nos encontraos hoy a las puertas de
toda una Nueva Era, que no resume solo el neoliberalismo ni el capitalismo
sino si no miles de años de historia de
la violencia y la explotación de los seres humanos entre sí.
Tenemos que afrontar
grandes riesgos con luchas y esfuerzos,
sin dudas, pero vamos triunfalmente
hacia un gran cambio civilizatorio que ha de caracterizarse por el
socialismo y el comunismo como nuevo modo
de existencia de la humanidad y la República Popular China impulsa
vehementemente este proceso final.
Mariano Ciafardini
Coordinador del Grupo
de Estudios sobre China del Cefma.