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sábado, 1 de febrero de 2025

China y el Materialismo Histórico

 

China y el Materialismo Histórico

 

  En los últimos 30/40 años la República Popular China logró un desarrollo económico, industrial, tecno-científico y humano  impresionante, jamás logrado por ningún otro país en la historia.

 

Lo hizo, entre otras cosas,   a partir de liberar las fuerzas del mercado en amplios sectores de la economía, extendiendo la posibilidad de acumulación de riqueza por particulares  y ampliando la admisión de inversión extranjera directa  en muchas partes de su territorio. Pero todo ello lo hizo a partir de una particular y muy inteligente estrategia política: el Partido Comunista de la República Popular China no solo se mantuvo en la conducción de la gran nación China sino que aumentó y sofisticó  su conducción del proceso político, económico y social sin ser cooptado ni infiltrado por ningún sector pro-capitalista y manteniendo el centralismo democrático que asegura el respeto consecuente de los legítimos  intereses del pueblo chino por sobre todas las cosas.

 

Además este gran desarrollo económico llevó a China a desplegar una gigantesca actividad comercial con el resto del mundo y a efectuar importantísimas inversiones comerciales financieras e industriales  en múltiples países (especialmente países en desarrollo).

 

 Muchos  desde el “occidente capitalista”, incluso desde algunas posiciones supuestamente izquierdistas afirman( no pocas veces en forma insidiosa) que China “se volvió” capitalista o que se trata de un “capitalismo de mercado”, que ya no es más socialista  e incluso que es un país imperialista.

 

El Materialismo Histórico nos indica que el socialismo como nuevo sistema social destinado a sustituir el capitalismo  y a sentar las bases para una nueva sociedad mundial justa y equitativa despojada  de situaciones de violencia  entre los seres humanos  y de la dominación y la explotación es, como todo acontecimiento histórico trascendental, un proceso. Es decir no es un algo acabado que vaya a aparecer de la noche a la mañana  en todo el mundo a la vez y ni siquiera tampoco en un país  o grupo de países en forma inmediata como un salto espontáneo de un sistema a otro.

 

Este proceso aparece inicialmente de forma incipiente,  tentativa  y discontinua, a partir de  elementos comunitarios, con la horda primitiva, y su evolución a formas más desarrolladas   estables y, debe decirse, predominantemente violentas después, es explicado, por esta ciencia antropológica, social, económica y política por excelencia  que es el Materialismo Histórico,  como una sucesión de etapas relacionadas con el desarrollo de los  modos de producción y agregaríamos nosotros, en términos más generales, de los modos de existencia

 

Si bien este, de alguna manera, largo  proceso no pudo ser avisorado  plenamente por los padres fundadores del marxismo , Marx y Engels,  que pensaron,  escribieron y actuaron  en el siglo XIX, y ni siquiera tampoco totalmente por Lenin,  a principios del S XX, todos ellos proporcionaron elementos teóricos indispensables para  que nosotros desde  la privilegiada perspectiva histórica  que nos proporcionan los tiempos actuales en la tercera década del S XXI y la visión de todo lo sucedido desde aquellos tiempos hasta hoy podamos ahora  ensayar una descripción  y una explicación más acabada al respecto  y efectuar predicciones más precisas  de las tendencias históricas del porvenir.

En cuanto al capitalismo, como último hasta ahora modo de producción predominante,  el mismo tiene sus momentos internos  determinados por los modos de acumulación de capital y regulación  de las relaciones de producción. El capitalismo es un mismo y único modo de producción lo que difiere en sus etapas son los modos de acumulación y regulación (Esto lo explica en detalle la llamada “Escuela Francesa de la Regulación”  uno de cuyos más prominentes representantes es Robert Boyer) En cuanto   a la caracterización de estos momentos internos  ( que hemos desarrollado en “Globalización etapa superior del Capitalismo” Ed Luxemburg Buenos Aires 2011) elos son tres : el mercantil (1300-1800), el industrial (1900-1980) y el financiero (1990 hasta la actualidad)

A su vez, el proceso de desarrollo del socialismo a través de la lucha de clases se inició ya  por lo menos en el S XV con los levantamientos campesinos en Europa contra los nobles y la incipiente burguesía de las ciudades. Los ocurridos en Alemania, por ejemplo,  fueron estudiados por Engels en su trabajo “La guerra campesina en Alemania”. A estos movimientos de clase siguieron los de los artesanos y los pobres de las ciudades  que fueron la base de las llamadas “revoluciones burguesas” (inglesa, francesa etc.) y, ya en el S XIX, las sublevaciones de obreros y artesanos que culminaron  con la Comuna de París de 1871.

 

Si bien con estas insurrecciones no lograron los sublevados acceder al poder político (salvo en la Comuna y por unos pocos días) las mismas sirvieron para dejar plantada la semilla del socialismo como alternativa verdadera al capitalismo (y a toda sociedad de clases). No debe olvidarse  que fue al calor de estas luchas  que ya en el S XIX aparece el marxismo como ideología científica revolucionaria de las clases subalternas denominadas como “clase obrera”.

 

Ya en el siglo XX  el proceso de realización del socialismo prosigue fundamentalmente a partir de un hito mayor cual fue el de la Revolución Rusa de 1917 en la que las clases explotadas (obreros y campesinos) lograron la toma del poder del estado ruso  y fundaron un  primer estado socialista la URSS que no solo se mantuvo en el poder durante décadas sino que ayudó a  que las grandes luchas y sacrificios del pueblo chino tuvieran éxito revolucionario  y se tomara el poder en 1949 en todo el territorio continental y se comenzara la construcción del socialismo a nivel nacional. A estas revoluciones se sumaron después otras como las de Corea del Norte,  Vietnam, Cuba etc.

 

El proceso de construcción del socialismo había avanzado. Ahora no solo la clase obrera y los pueblos de algunos países determinados  habían logrado obtener y consolidarse en el poder sino que además con la construcción del socialismo en esos países (en su mayoría atrasados y asilados del sistema económico occidental) se lograron  desarrollos industriales nunca antes vistos y se logró mitigar y paliar el hambre y garantizar empleo, educación y salud a toda la población.

 

En este segundo período del desarrollo del socialismo que coincide con la fase imperialista del capitalismo, el imperialismo asedió y atacó  en forma brutal a los países socialistas y los boicoteó interna y externamente aislándolos además del flujo económico de las grandes economías industriales del capitalismo  desarrollado y, además, desplegó una política de explotación y depredación de los pueblos y países  capitalistas no desarrollado neocoloniales y dependientes retrasando el proceso de desarrollo del socialismo.

 

  Todo ello llevó a que uno de los países centrales de todo el sistema socialista mundial como lo era la URSS, que además  había sido devastada por la invasión imperialista nazi en la segunda guerra mundial y que debió hacer un esfuerzo grandioso para su recuperación, empezara a estancarse económicamente , a burocratizarse políticamente  y con ello a debilitarse  y corromperse lo que terminó en su disolución como país socialista junto con la caída de todo el arco de países socialistas limítrofes de Europa Oriental. Ello puso al proceso socialista mundial en jaque momentáneo.

 

Sin embargo mientras todo esto ocurría a finales del S XX  en la URSS y Europa Oriental , en la República Popular China en la que se conocían perfectamente estas limitaciones  y graves problemas del socialismo soviético se inició un giro dialéctico de grandes proporciones, aprovechando a la vez la crisis del propio capitalismo  y la caída de la tasa de ganancia de las empresas industriales  que se pronunciaba desde la década de los 70, las que se vieron en la obligación de externalizar la producción industrial y era China la única alternativa posible para tan tremendo y complejo proceso. Ello creo las condiciones materiales para que el PCCH primero de la mano de Deng Xiaoping  hasta llegar a la a la actual conducción de Xi Jinping, determinó el impresionante desarrollo económico mencionado a comienzos de este artículo y una hazaña sin parangón en la historia humana como es la de sacar en menos de treinta años a 800 millones de personas de la pobreza

 

Ello no constituyó ningún regreso al capitalismo ni la conversión de China en un país imperialista sino todo lo contrario. La revolución socialista china fundada institucionalmente en 1949, sin solución de continuidad alguna, permaneciendo  en el socialismo  tomó la antorcha que dejara caer la URSS y sumándola a la suya propia agigantó el fuego del proceso de construcción del socialismo mundial que ahora con el impresionante desarrollo de las fuerzas productivas  mencionada anteriormente  comenzó a dar frutos,  impensables en las pasadas condiciones del SXX,  como la mencionada posibilidad de sacar  a toda la numerosísima población china de la pobreza, llegar al primer lugar mundial en términos del avance del PBI per cápita, del desarrollo tecnológico y científico  y del desarrollo social particularmente en lo que respecta a los sectores más jóvenes de la población y a la vez desplegar un entramado virtuoso de relaciones internacionales con numerosos pueblos del mundo.

 

Y todo ello lo logró como dijimos  mediante  la continuidad de un sistema socialista con características propias de China,  sistema dirigido por el Partido Comunista Chino (que representa a la inmensa mayoría del pueblo chino) y el sistema de gobierno  de democracia centralizada  y popular de sufragio indirecto que utiliza las fuerzas del mercado para su propio proyecto de construcción del socialismo.

 

Como vemos el Materialismo Histórico  explica el devenir del proceso humano universal a partir de la evolución de los modos de producción “revolucionarizados”  por las contradicciones en las relaciones de producción (modos de acumulación del capital y regulación de las relaciones entre las clases  antagónicas),  pero además muestra como dijimos que  a cada momento interno del capitalismo le correspondió una forma estratégica distinta de lucha de la clase trabajadora.

 

Así, insistimos,  a un primer capitalismo de corte predominantemente mercantil y con  un desarrollo incipiente de la manufactura en el que se dio la acumulación originariale correspondió una estrategia revolucionaria en forma predominante de insurrecciones o sublevamientos campesinos y plebeyos con una vocación de universalidad, de cambio total y absoluto de lo social, primero proto-comunistas y luego ya definitivamente marxistas (1300- 1880 circa).

 

Al segundo capitalismo denominado por Lenin  como imperialismo  y caracterizado por el surgimiento con el gran desarrollo de las fuerzas productivas  de grandes monopolios industriales que llevaron a los distintos países capitalistas desarrollados a una feroz competencia entre si, le correspondió una estrategia de la clase obrera mundial ya internacionalizada que se manifestó en forma de revoluciones socialistas triunfantes en diversos países que se opusieron a las tendencias hegemónicas de los países imperialistas  complementado ello por las luchas de las clases obreras y lo pueblos de los países neocoloniales o dependientes  y de la clase obrera de los países capitalistas desarrollados.

 

Y ya finalmente en este tercer y último momento histórico del capitalismo (en términos dialecticos el tercer momento siempre es el último y el surgimiento de lo nuevo) caracterizado por una forma paradigmáticamente financiera de acumulación y regulación depredadora,  la estrategia de la revolución socialista mundial está a la vista: (1)  por un lado  un gran país socialista convertido en primera potencia industrial tecnológica científica y comercial mundial  con capacidad de impulsar el desarrollo comercial pero también productivo  de todas aquellas naciones que se vinculen con ella (particularmente las poco desarrolladas). Un país que debido precisamente a esa estrategia y a un legado cultural milenario profesa la paz mundial, la armonía, la complementariedad y la cooperación  abrogando por una comunidad  mundial de naciones entrelazadas fraternalmente.

 

Y (2) en segundo lugar  esta estrategia de la República Popular  que expresa sin duda los intereses de las clases obreras y los pueblos del mundo  se articula con las luchas  y esfuerzos  de todos aquellos países y pueblos del mundo que luchan por superar el aislamiento  el boicot y la extorsión de las políticas  neoliberales del capital financiero global .

 

Con esto el Materialismo Histórico nos dice mucho sobre China

Pero el materialismo histórico  actualizado con los avances de las Ciencias Sociales y la oportunidad gnoseológica que nos proporciona la  panorámica perspectiva histórica de nuestros tiempos  tiene aún  más y más trascendentes  novedades que anunciar respecto del gran fenómeno chino  y su impacto en la realidad mundial.

La historia grande de la humanidad, esa que va desde la aparición del ser humano sobre la tierra (1000.000/ 800.000 años atrás circa) hasta nuestros días  es también explicada y descripta  en su proceso histórico  de Eras, Edades y Etapas  por el Materialismo Histórico.

Según una particular visión que hemos adoptado  respecto de tal cuestión y que nos parece que se condice con los fundamentos filosóficos  y antropológicos del materialismo dialéctico aplicados a la historia de la humanidad, este gran proceso histórico ha de dividirse primeramente antes que  directamente en modos de producción, en modos más generales de existencia del ser humano, grandes Eras del proceso histórico.

La primera de estas Eras sería la del comunismo primitivo pacífico y armonioso con escaso o nulo desarrollo del ego individual, de una duración de cientos de miles de años y que habría terminado  con el salto a una nueva era  a partir del advenimiento, por distintos motivos,  de la guerra, la violencia, la dominación y la explotación  del “hombre por el hombre”.

Pero lo importante aquí  es que esta segunda Era,  en la que aún nos encontramos  como se ve en el gráfico,  está llegando a su fin  con el fin del capitalismo y su reemplazo por el socialismo mundial. Es decir que no solo se está terminando el capitalismo sino toda una Era de la violencia de  se podría decir  aproximadamente 100,000 años de duración desde el inicio de las guerras tribales.

Y aquí se da un fenómeno de trascendental importancia para la interpretación y el análisis de los tiempos histórico-políticos en que vivimos: este cambio extraordinario  la tiene a China y a su proyecto económico político y social en el centro mismo.

Es decir que China no solo no se ha convertido al capitalismo ni mucho menos al imperialismo sino que es hoy una de las más trascendentes expresiones de los intereses de la clase obrera y los pueblos del mundo,  y de la mano de este proceso monumental que China encarna  y de  su articulación con las luchas de los países y pueblos contra la estrategia depredadora de la financierización neoliberal, es que nos encontraos hoy a las puertas de  toda una Nueva Era, que no resume solo el neoliberalismo ni el capitalismo sino  si no miles de años de historia de la violencia y la explotación de los seres humanos entre sí.

 Tenemos que afrontar grandes riesgos  con luchas y esfuerzos, sin dudas, pero vamos triunfalmente  hacia un gran cambio civilizatorio que ha de caracterizarse por el socialismo y el comunismo  como nuevo modo de existencia de la humanidad y la República Popular China impulsa vehementemente este proceso final.

Mariano Ciafardini

Coordinador  del Grupo de Estudios sobre China del Cefma.

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