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jueves, 18 de diciembre de 2014

Cuba. Una lección de dignidad.


La afirmación de Obama de que “50 años  han demostrado que el aislamiento no funcionó”, devela una de las mentiras más grandes de la historia política contemporánea, sobre uno de los procesos político sociales nacionales  más humanamente genuinos que hayan tenido lugar, en medio de este mundo,  de relaciones internacionales cargadas de falacias, perversidades, hipocresías, ocultamientos  y dobles intenciones, como lo ha sido y lo es la revolución cubana. Efectivamente  semejante monstruosidad, en términos de lo que debería haber sido la actitud hacia un país y un pueblo vecino, a una distancia de 150 km, e  infinitamente menor  en recursos naturales, demográficos y materiales,  se multiplicó cada día que pasó y, en este caso, pasaron nada menos que 50 años. Porqué  EEUU aisló y bloqueo a Cuba estos cincuenta años: según la versión oficial del gobierno norteamericano porque en Cuba no habría democracia. La mentira que se devela  con este fracaso de la estrategia “pro democrática” norteamericana es precisamente esta. Hubiera sido imposible para una isla como Cuba, tan “lejos de Dios y tan cerca de los EEUU” como el mismísimo México, resistir  estos 50 años si el gobierno cubano no hubiera tenido un firme y absoluto respaldo de toda la sociedad cubana en bloque. Y ese apoyo no se logra  con represión ni con miedo. Mucho menos durante 50 años  y habiendo pasado las penurias que pasaron y que aún siguen pasando los cubanos por culpa del bloqueo. En realidad hay que reconocer  que  Cuba es uno de los lugares de este mundo   donde más democracia hay (democracia en serio), porque la inmensa mayoría del pueblo está en sintonía ideológica y política con las intenciones y las acciones de su gobierno. Eso es un verdadero gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo. Sin  dudas mucho más democracia que en las dictaduras latinoamericanas del siglo XX que EEUU no solo no  bloqueó, sino que se apuró siempre areconocer. Empieza  a tener hoy,  este pueblo ejemplar  y su no menos ejemplar jefe político Fidel Castro, el líder popular y estadista de izquierda más importante de los últimos 50 años que da la talla de Lenin,  Stalin, Mao y Ho Chi Min, el reconocimiento que le debe la comunidad mundial. Y el reconocimiento  toma carnadura no solo con la reanudación de la relaciones sino, y especialmente, con la liberación de los últimos tres de los cinco  cubanos que habían sido detenidos y condenados en EEUU  por espionaje  en 2001, detención y proceso que no fueron más que parte de  la gran parodia mentirosa de estos 50 años,  en tanto que las actividades de inteligencia que realizaban los cinco habían sido acordadas, secretamente, con el propio gobierno de EEUU, para descubrir complots terroristas que la mafia  cubana anticastrista de Miami pergeñaba para entorpecer aún más la relaciones y bloquear posibilidades de acercamiento  como la que hoy se está dando. Una reflexión  colateral sobre este hecho histórico: nuevamente son los demócratas los que dan el paso y los republicanos los que se oponen. No es una simple reyerta de colores partidarios  hay dos proyectos neo-imperialistas en pugna, uno más astuto otro más bárbaro. Al fin y al cabo los triunfos de los pueblos siempre se han logrado aprovechando las grietas en el bloque del imperio.
Mariano Ciafardini
Instituto Argentino de Geopolítica (IADEG)