El éxito soviético
Desde 1989
se habla, casi en un soliloquio universal, desde la derecha hasta la izquierda,
sobre el “fracaso soviético”. Las consecuencias teóricas que sacan unos y otros,
como corolario de la afirmación, son, por supuesto, distintas, pero la
afirmación en si no se discute y, obviamente, quienes quedan mal parados a
partir de ello, por más contorsiones intelectivas que realicen, son los
izquierdistas. Por más que intenten enjuagarse las manos en las aguas del “antiestalinismo”,
les resulta muy difícil despegar, al
pensamiento de izquierda en general y al marxismo en particular, de semejante “fracaso
histórico”, ni siquiera los trotskistas salen indemnes.
¿Pero y si
no existiera tal “fracaso”? ¿O por el contrario si el “proceso” del llamado
socialismo real, tomado como un todo, y, en particular, el balance del papel
jugado por la Unión de la Repúblicas
Socialistas Soviéticas, no diera un resultado macro-político negativo, desde el
punto de vista marxista, sino, por el contrario, el de un gran éxito histórico?
Porque la
evidencia empírica sustancial que se esgrime, como contundente, acerca de tal fracaso, es, simplemente, la de
que la Unión Soviética dejó de existir y que los países que la componían ,
principalmente Rusia, prosiguieron como naciones independientes en el marco de dinámicas económicas y políticas propias del sistema capitalista. Pero eso es sacar una
conclusión simplista, a partir de un análisis superficial y coyuntural de los
hechos, sensacionalista e impactante por lo catastrófico pero, sobre todo,
parcial y ahistórico.
No es un análisis
suficientemente profundo para un proceso histórico de tal envergadura (la
primer toma del poder y mantenimiento de este, en toda la historia de la humanidad,
que no fue llevado a cabo por un grupo económicamente hegemónico) y que,
además, persistió política e institucionalmente por más de 70 años.
El solo
hecho de que la URSS haya resistido y vencido al nazismo, y aliviado en gran medida al mundo de tener
que lidiar con semejante monstruo bélico y despótico, debería llevarnos a ser
un tanto más cuidadosos a la hora de hablar de fracasos. Pero, además ¿cuántos
movimientos de liberación, de países
neocoloniales y dependientes pudieron tener lugar, a la sombra del gran
paraguas soviético? ¿cuántos movimientos populares hallaron espacio geopolítico
para surgir y mantenerse en esa bipolaridad en la que la URSS se inmoló
soportando un asedio y un boicot insidioso y permanente de parte de todo
“occidente”? y, ¿cuántas luchas y triunfos obreros en sus reclamos por mejoras en las condiciones de vida hubieran
tenido un muy distinto resultado para peor
sin la existencia del país de los soviets, que tuvo que
contrabalancear las avarientas tendencias de un capitalismo dominante y
poderoso, durante todo el siglo XX, a costa de un esfuerzo económico y bélico que no quiso pero que le fue
impuesto insidiosamente e hipócritamente?
Pero no nos
quedemos solo en ello, vayamos más allá y arriesguemos un interrogante que no solamente pone en duda la afirmación del
“fracaso de la URSS” y de la experiencia del “socialismo real” del siglo
XX sino que abona la conclusión exactamente contraria: ¿No es acaso el monumental proceso chino de
la actualidad, que no solo ha demostrado, en
números concretos, su efectivo pathos socialista, al sacar de la pobreza
a 800 millones de personas, sino que
aparece, indiscutiblemente, como el freno real, en términos geopolíticos y
económicos, del neoliberalismo y las erráticas, por no decir suicidas, tendencias
políticos financieras de los grandes grupos de especulación y fraude mundiales,
una consecución evolutiva, en forma de
marcha y contramarcha dialéctica, de la gesta inaugurada por la Revolución de
Octubre y continuada por la URSS’.
La
revolución China fue uno de los tantos
(el principal podríamos decir) movimientos de liberación nacional y
construcción del socialismo que se pudo desplegar gracias a la existencia del “stopper”
soviético. Esta condición de posibilidad de tales movimientos no resta mérito alguno
a sus dirigentes ni, especialmente en
este caso, al pueblo chino, que pago con sangre sudor y lágrimas tal
atrevimientos, pero hay que reconocer que, aun así, tal sacrificio hubiera sido
en vano, de no existir ese muro de contención de la reacción mundial, que
hubiera ahogado en sangre tanto a China como
a todos los otros movimientos populares que se desarrollaron en el S XX.
Cuando China, de la mano de Deng Xiao
Ping adopta la política de la “Reforma y Apertura”, que la conduciría al
monumental fenómeno político económico
en que se ha convertido, allá por el año 1978/9, ya se habían restablecido
los contactos con la URSS, interrumpido principalmente durante todo el proceso
de la revolución cultural y, según el propio Kissinger, “el trato de camaradas había vuelto a ser la
regla en las relaciones chino soviéticas”.
¿No estaba, entonces, de algún modo
entonces la URSS “pasándole la posta” a la gran nación China y a su revolución
socialista? ¿No sería esa la manera real de ver “el todo” de la cuestión? En
este sentido, y teniendo en cuenta lo que es China hoy y lo que representa para
la paz mundial y el desarrollo de los pueblos, habría que concluir, sin temor a
exagerar, en que el proceso soviético
fue un éxito. Pero ello, claro, siempre y cuando se considere que China
sigue en términos reales construyendo el
socialismo como continuidad de la tarea emprendida inicialmente por la
URSS.
Veamos
algunos análisis al respecto.
China y el futuro
Cristina
Reigadas en el Sitio web Eramus en un artículo titulado: “Visiones
del futuro y encrucijada civilizatoria: China, Occidente y la pandemia” (Erasmus
Año XXII - 2020 Artículos originales p. 127 en línea: junio de 2020) ofrece unas muy interesantes reflexiones acerca de China, sobre todo teniendo en cuenta que su enfoque
no es desde el marxismo y que, además,
no está exento de señalamientos críticos y planteo de dudas acerca del proceso
chino actual tomado como un todo, lo que realza la pretensión de objetividad
de las citas que hemos extraído.
Así Reigadas, desde un inicio, plantea que:
“Mientras que la pandemia acentúa la debilidad política de Occidente y su
carencia de ideas para enderezar el rumbo de la historia, pareciera que el
peligro amarillo no sólo tiene una visión del futuro para sí y para el mundo
sino que está dispuesto a ejecutarla con decisión y hasta con cierta
arrogancia. Porque, además, ha salido victorioso de la pandemia.” Pero ya
adentrándose en consideraciones “epocales” adelanta que: “Quizás porque desde
hace siglos los imperios se han desarrollado en el terreno geocultural de lo
que llamamos Occidente, y hoy la posta pasa…nuevamente a Oriente, Occidente
corre el riesgo no sólo de perder el liderazgo mundial sino de tornarse insignificante,
por cansancio y hartazgo cultural, impotente frente un sistema económico que ha
producido más desigualdad y a un sistema político, la democracia y los Estados
Nacionales, jaqueados por sus escasos rendimientos…Corre el peligro, sobretodo,
de ser conducido por una potencia que no termina de comprender porque nunca la
ha escuchado suficientemente”
En cuanto a la Reforma Política Constitucional
efectuada por el XIX Congreso del Partido Comunista Chino en 2017, Reigadas afirma que constituye: “un momento trascendente
en la explicitación de esta visión. En él se anuncia una ‘nueva era’, ’el sueño
chino como sueño de la humanidad’, una comunidad armónica, pacífica y próspera
enlazada en un destino común, guiada por el principio rector del ‘socialismo
específicamente chino’. Especificidad que conjuga hoy, en un experimento
político extraordinario, distintas tradiciones culturales y políticas, tanto
del pasado como del presente y las proyecta al futuro con carácter global…Lo
‘específicamente chino aúna la idea de igualdad y justicia del socialismo, la
economía de mercado capitalista estatalmente orientada, la apuesta por la
innovación tecnológica, especialmente digital y en el campo de la inteligencia
artificial y el neoconfucianismo que aporta la legitimación por la virtud, todo
esto anudado en un fuerte nacionalismo que constituye el consenso
ideológico-político básico´”
Y agrega que
“Lo ‘específicamente chino’ se ideologiza, se aleja de las influencias
liberales existentes en los anteriores gobiernos a Xi, y en éste camino
construye una línea histórica que va de Mao (reivindicado) a Xi, pasando por
Deng. Con esta Reforma, Xi concentra el poder en su persona, aprueba la
posibilidad de la reelección indefinida, se erige en el núcleo de la nación y
su pensamiento en fuente de la doctrina política china. Sólo Sun-Yat-sen y Mao
Zedong habían ostentado estos privilegios…’El Sueño Chino’ tiene como objetivos
básicos eliminar la corrupción, asegurar un moderado bienestar para todos,
recuperar el lugar que le corresponde a China en el mundo, promover la
innovación (especialmente tecnológica), y llevar la sabiduría y logros chinos a
otros pueblos. Así la ‘nueva era’ y el ‘rejuvenecimiento’ chino consisten en un
desarrollo basado en la inclusión, la innovación, la regresión del nacionalismo
(siendo esta cuestión paradojal) y de los populismos, y la concreción de ‘todos
bajo el cielo’, una humanidad unida mediante la regla de la virtud”.
Reigadas está convencida de que: “Esta visión
no constituye un plan más de gobierno, ni para el Estado ni para los
intelectuales que la sustentan: es un proyecto político, una épica y una
utopía, que busca saldar la deuda que China tiene consigo misma y que
finalmente tiene su kairós. Tan lejos llega este sentimiento que algunos
consideran que se trata de un acontecimiento histórico-epocal extraordinario y
único en los últimos 50, 500 (o quizás 5000 años)…Ciertamente el pasaje del
sueño chino al sueño mundial llevará tiempo y no se transitará sin riesgos ni
dificultades, dado que pasar de una Visiones del futuro y encrucijada
civilizatoria: China, Occidente y la pandemia, de una globalización
desigual y conflictiva a una pacífica, armoniosa y con equidad requerirá
complejas negociaciones entre distintos pueblos, naciones y regiones, entre muy
diversas organizaciones económicas, políticas y sociales, entre distintos
valores, estilos de vida y culturas. En la realización del sueño, ‘Tianxia’, el
‘imperio’ y ‘la Iniciativa de la Franja y de la Ruta’ son cuestiones clave…Tianxia
es el mundo. Y en cuanto utopía del mundo y del gobierno mundial es un orden
moral universal que integra los valores e intereses del mundo, siendo superior
a las naciones y a los pueblos…La civilización que pueda resolver los tres problemas
básicos que la versión 1.0 del Imperio no pudo resolver: la desigualdad
económica, el fracaso de los Estados, la declinación política, la ineficiencia
de la gobernanza, la decadencia nihilista de la cultura, debidos al liberalismo
económico, político y cultural, pondrá las bases para el imperio mundial 2.0.
Estamos en los albores de este Imperio y ahora es el turno de China. El
nacionalismo y el fortalecimiento del Estado, y la sinificación conducirán sin
embargo hacia un universalismo enriquecido por la capacidad universalista del
confucianismo para absorber diferentes culturas. (Jiang, 2020)”
Una cita
final de Reigadas es contundente: “El “sueño chino como sueño mundial”,
´tianxia´, ´imperio´ y la diplomacia de la gente forman parte de una visión que
empieza a ocupar el vacío de visiones que Occidente no ha podido aportar. Aun
cuando esa visión no pueda comprenderse sin Occidente y por fuera de él. …Si
China será el nuevo imperio mundial nadie puede responderlo. Pero sí podemos
ahondar en las orientaciones y sentidos de su visión del mundo. En China hay un
rico debate intelectual del que no podemos permanecer al margen…China ha tomado
la iniciativa. El monólogo occidental (incluyo a nuestra América Latina) ha
terminado y comienza el diálogo intercultural”
China y
el socialismo
Veamos ahora algunos enfoques que dan por descontado
que China es realmente un pais socialista
o que está efectivamente construyendo el socialismo.
Para empezar
hemos de citar a alguien cuya autoridad política y moral es indiscutible. En
una entrevista de 1994, Fidel Castro declaró: “Si quieres hablar sobre
socialismo, no olvidemos lo que logró el socialismo en China. En un tiempo era
la tierra del hambre, la pobreza, los desastres. Hoy no hay nada de eso. Hoy
China puede alimentar, vestir, educar y cuidar la salud de 1.200 millones de
personas…Creo que China es un país socialista y Vietnam también es una nación
socialista”. (“Fidel: China
es la esperanza más prometedora para el Tercer Mundo” John Ross https://www.learningfromchina.net/china-is-most-promising-hope-for-third-world-fidel/).
Bruno
Guigue, el 29/11/2018, en su artículo de
la revista Rebelión, “El socialismo chino y el mito del fin de la historia” (ver
web) afirma, en el mismo sentido en que
comenzamos nuestras reflexiones, al
comienzo de este artículo, que: “La desbandada soviética parecía validar la
tesis liberal según la cual el capitalismo -y no su contrario el socialismo- se
adaptaba al sentido de la historia. Todavía hoy la ideología dominante reitera
esta idea simple: si la economía planificada de los regímenes socialistas cayó,
es porque no era viable” y agrega: “Los partidarios de esta teoría están tanto
más convencidos en cuanto que el sistema soviético no es el único argumento que
habla en su favor. Las reformas económicas emprendidas por la China popular a
partir de 1979, según ellos, también confirman la superioridad del sistema
capitalista”. Y, allí mismo,
sentencia: “El problema es que esa
narración es un cuento de hadas”.
Guigue está convencido de que el capitalismo: “fue
erradicado progresivamente en la China popular en el período maoísta (1950-1980)” y que “en el marco de las reformas económicas
de Deng Xiaoping a partir de 1979… se inyectó una dosis masiva de capitalismo
en la economía, pero -la precisión es importante- esa inyección tuvo lugar bajo
la impulsión del Estado” La economía de mercado afirma: “es un instrumento, no
una finalidad; la apertura es una condición de eficacia”.
Citando a Michel
Aglietta y Guo Bai en cuanto a que “«Los
reformadores chinos quieren que el comercio refuerce el crecimiento de la
economía nacional, no que la destruya»”, insiste en que: “Lejos de ser los enclaves que
solo benefician a un puñado de «compradores», la nueva liberalización del
comercio fue uno de los principales mecanismos que han permitido liberar el
enorme potencial de la población. Decir que China se convirtió en «capitalista»
después de haber sido «comunista» indica, pues, una visión ingenua del proceso
histórico. Que haya capitalistas en China no convierte el país en
«capitalista», si se entiende con esta expresión un país donde los dueños de
capitales privados controlan la economía y la política nacionales”.
Cita también
a Jean-Louis Beffa, respecto de que
China representa: “la única alternativa creíble al capitalismo occidental…Después
de más de 30 años de un desarrollo inédito… ¿no es hora de concluir que China
ha encontrado la receta de un contramodelo eficaz al capitalismo occidental? …la
economía china no es una economía de mercado ni una economía capitalista.
Tampoco un capitalismo de Estado, porque en China es el propio mercado el que
está controlado por el Estado” y concluye: “Pero si el régimen chino tampoco es
un capitalismo de Estado, ¿entonces es «socialista», ya que es el propietario
de los medios de producción o al menos ejerce el control de la economía? La
respuesta a esta pregunta es claramente positiva…China permanece en un Estado
fuerte que dicta su ley a los mercados financieros y no al revés. Su élite
dirigente es patriota. Incluso aunque conceda una parte del poder económico a
los capitalistas «nacionales», no pertenece a la oligarquía financiera
globalizada. Adepta a la ética de Confucio, dirige un Estado que solo es
legítimo porque garantiza el bienestar de 1.400 millones de chinos”
Guigue, quien es graduado de la Escuela Normal
Superior y de la ENA (Escuela Nacional de Administración de Francia), se
remonta luego a una reflexión histórica:
“Además no hay que olvidar que la orientación económica adoptada en 1979 ha
sido posible por los esfuerzos realizados en el período anterior. Al contrario
que los occidentales, los comunistas chinos subrayan la continuidad -a pesar de
los cambios efectuados- entre el maoísmo y el posmaoísmo. << Mao nos puso
de pie, Deng nos hizo ricos>>. Y esos chinos consideran perfectamente
normal que el retrato de Mao figure en los billetes de banco. Todo el apego que
todavía hoy tienen los chinos a Mao Zedong se debe a que lo identifican con la
dignidad nacional recuperada». En 1950 China estaba en ruinas. Treinta años
después todavía era un país pobre desde el punto de vista del PIB por
habitante. Pero era un Estado soberano unificado, equipado y dotado de una
industria naciente. El ambiente era frugal, pero la población estaba nutrida,
cuidada y educada como no había estado en todo el siglo XX. En realidad la
China actual es hija de Mao y Deng, de la economía dirigida que la unificó y de
la economía mixta que la ha enriquecido. Pero el capitalismo liberal al estilo
occidental no aparece en China”. Y
finaliza sus reflexiones diciendo: “Nunca una empresa occidental financiaría un
proyecto que no fuera rentable. No es el caso de China, que piensa a largo
plazo. Con su poder financiero público acumulado desde hace dos decenios, China
no se preocupa prioritariamente de una rentabilidad a corto plazo si sus
intereses estratégicos lo exigen…Es difícil admitir, sin duda, que un país
dirigido por un partido comunista haya conseguido en 30 años multiplicar por 17
su PIB por habitante. Ningún país capitalista lo ha conseguido nunca…Como de
costumbre los hechos son testarudos. El Partido Comunista de China no renuncia
a su papel dirigente en la sociedad y proporciona su armazón a un Estado
fuerte. Heredero del maoísmo, este Estado conserva el control de la política
monetaria y del sistema bancario. Reestructurado en los años 90, el sector
público sigue siendo la columna vertebral de la economía china, representa el
40 % de los activos y el 50 % de los beneficios generados por la industria,
predomina en el 80-90 % en los sectores estratégicos: siderurgia, petróleo,
gas, electricidad, energía nuclear, infraestructuras, transportes, armamento.
En China todo lo que es importante para el desarrollo del país y para su
proyección internacional está estrechamente controlado por el Estado soberano…Al
convertirse en la primera potencia económica del mundo, la China popular
elimina el pretendido «fin de la historia». Envía al segundo puesto a un
Estados Unidos moribundo minado por la desindustrialización, el
sobreendeudamiento, el desmoronamiento social y el fracaso de sus aventuras
militares (Fuente:
https://www.legrandsoir.info/le-socialisme-chinois-et-le-mythe-de-la-fin-de-l-histoire.html)
Otro
gran intelectual, el italiano,
recientemente fallecido, Doménico Losurdo, en su artículo de junio de 2017
“¿China se ha convertido al capitalismo?”, en cuanto a los orígenes del sistema
económico “mixto” en China señala: “Aunque el Partido Comunista de China tomó
el poder a nivel nacional en 1949, 20 años antes había comenzado a ejercer su
poder en una región u otra, regiones cuyo tamaño y población eran comparables a
los de un país europeo pequeño o mediano. Durante gran parte de estos 85 años en
el poder, la China gobernada parte o totalmente por los comunistas, se
caracterizó por la coexistencia de diferentes formas de economía y propiedad.
Así fue como Edgar Snow describió la situación a finales de los años treinta en
las áreas «liberadas»: ´Para garantizar el éxito en estas tareas era necesario
para los rojos, incluso desde los primeros días, comenzar una especie de
construcción económica. […] La economía soviética (china) en el Noroeste era
una curiosa mezcla de capitalismo privado, capitalismo de estado y socialismo
primitivo. Las empresas privadas y la industria fueron permitidas y fomentadas,
y las transacciones privadas que se ocupan de la tierra y sus productos fueron
autorizadas aunque con restricciones. Al mismo tiempo, el Estado poseía y explotaba
empresas tales como pozos de petróleo, pozos de sal y minas de carbón, y
comerciaba con ganado, pieles, sal, lana, algodón, papel y otras materias
primas. Pero no estableció un monopolio en estos artículos y en todas ellas las
empresas privadas podían, hasta cierto punto, competir. Una tercera clase de
economía fue creada con el establecimiento de cooperativas, en las que el
gobierno y las masas participaron como socios, compitiendo no sólo con el
capitalismo privado, sino también ¡con el capitalismo de estado!”. Y continúa:
“En un ensayo en enero de 1940 («Sobre la Nueva Democracia»), Mao Zedong aclaró
el significado de la revolución que tuvo lugar en ese momento: ‘Aunque esta
revolución, en un país colonial y semicolonial, durante su primera etapa o primer
paso, todavía es fundamentalmente democrático-burgués en su carácter social, y
aunque su misión objetiva es despejar el camino para el desarrollo del
capitalismo, ya no es una revolución del tipo antiguo dirigida por la burguesía
con el objetivo de establecer una sociedad capitalista y un Estado bajo la
dictadura burguesa. Pertenece a un nuevo tipo de revolución dirigida por el
proletariado con el objetivo, en una primera etapa, de establecer una sociedad
de nueva democracia y un Estado bajo la dictadura conjunta de todas las clases
revolucionarias. Por lo tanto, esta revolución realmente sirve para despejar un
camino aún más amplio para el desarrollo del socialismo’. Y en otra oportunidad,
el 18 de enero de 1957, en una charla en una Conferencia de Secretarios de
Comités de Partidos Provinciales, Municipales y Autónomas Mao afirmó : ‘se
trata de distinguir entre la expropiación económica y la expropiación política
de la burguesía. Sólo esta última debe llevarse a cabo hasta el final, mientras
que la primera, si no está contenida dentro de límites claros, puede poner el
riesgo el desarrollo de las fuerzas productivas. A diferencia del “capital
político”, el capital económico de la burguesía no debería ser objeto de una
expropiación total, al menos que sirva al desarrollo de la economía nacional y
así, indirectamente, a la causa del socialismo’ ”
Estas
reflexiones parecen dar respuesta satisfactoria, al menos en un primer nivel de
análisis, a la pregunta de si la China actual es capitalista o socialista. Al
menos quedan puestos en evidencia aquellos presupuestos o prejuicios que surgen
de un entendimiento mecanicista y panfletario de los principios marxistas y de
lo que significa ser socialista o estar en un camino al socialismo.
China y
el marxismo
Abordando la
cuestión desde un ángulo distinto, y ya involucrándose en la cuestión propiamente
ideológica, el académico
y periodista inglés John Ross, presuponiendo el triunfo de China en la puja
geopolítica con EEUU, atribuye al marxismo y a su desarrollo actual, por
parte de las autoridades chinas, la razón de este éxito. En su artículo “Cómo el marxismo de Xi Jinping
supera a Occidente” publicado en su sitio de internet “Learning from
China” Ross toma las formulaciones de
dos asesores del presidente Trump, McMaster y Cohn, quienes en un intento de
defender la economía occidental neoclásica que analiza la economía y la
sociedad como simplemente compuestas de unidades individuales, reformulan la
conocida sentencia de Margaret Thatcher
acerca de que “No existe la sociedad.
Hay hombres y mujeres individuales
y afirman, a partir de allí, que
en la esfera internacional el mundo no es una "comunidad global" sino
una arena donde naciones, actores no gubernamentales y empresas se involucran y
compiten por la ventaja". Ross contrapone a esta “doctrina” capitalista
sobre las relaciones internacionales los dichos de Xi Jinping sobre la necesidad
de construir una "Comunidad de Destino Común", lo que implica profundizar
la globalización, fortalecer el crecimiento económico, y oponerse al
aislacionismo que forma el núcleo de la política exterior de China-. A ello
están asociadas las ideas de "ganar-ganar",
“uno más uno es mayor que dos”, etc. Para Ross estos conceptos de Xi Jinping, se
derivan del marxismo y están presupuestos en los textos del padre fundador de
la teoría capitalista en tanto que Adam
Smith ya en su “Teoría de los sentimientos
morales”. Y cita: “ No importa cuán egoísta sea el hombre, evidentemente hay
algunos principios que hacen que se interese en la buena fortuna de otros" y
agrega Ross que, en “The
Wealth of Nations”, Smith encontró la manera en que esto se plasmaba en la
realidad al aludir a la división del trabajo, “de la que se derivan
tantas ventajas y es la necesaria consecuencia de una cierta propensión en la
naturaleza humana la propensión a transportar, intercambiar e intercambiar una
cosa por otra. Esta propensión es uno de esos principios originales en la
naturaleza humana” Ello prosigue Ross lo ejemplifica Smith en el famoso caso de
la fábrica de alfileres “cada persona que haga una décima parte de cuarenta y
ocho mil alfileres puede considerarse que fabrica cuatro mil ochocientos
alfileres en un día. Pero si todos hubieran trabajado por separado e
independientemente, y sin que ninguno de ellos haya sido educado para este
peculiar negocio, ciertamente no podrían haber hecho veinte, tal vez ni un alfiler
en un día "… "Es la gran multiplicación de las producciones de todas
las diferentes artes, como consecuencia de la división del trabajo, lo que
ocasiona, en una sociedad bien gobernada, esa opulencia universal que se
extiende a los rangos más bajos de la gente".
Es decir,
afirma Ross, que el propio fundador del pensamiento liberal de mercado
consideraba como imprescindible la
acción común en beneficio mutuo. Y esto, prosigue, lo tomó Marx, al resolver el
problema que Adam Smith había planteado sobre la relación del interés
individual y los intereses sociales, revirtiendo (tal cual hiciera con Hegel)
la situación en la que Smith estaba "parado sobre su cabeza". Y
afirma que “Esto aclara por qué no existe una contraposición fundamental entre
interés propio e interés social ni disputa sobre cuál es la más fundamental”. Seguidamente
Ross se refiere a Xi Jinping diciendo
que, obviamente: “no intercala sus discursos en eventos como como Davos o el
seminario One Belt One Road con largas citas de Marx. Pero, hablando en un
lenguaje comprensible para una masa, incluida una audiencia no marxista, Xi
Jinping expresa y desarrolla con precisión estas ideas de Marx” y que “El concepto
de 'ganar-ganar' no es una frase psicológica vacía para 'sentirse bien', sino
que expresa el hecho de que, debido a que la división del trabajo, aumenta la
productividad de todos los que participan en ella, la división del trabajo no
es, literalmente, un juego de suma cero a nivel nacional o internacional…Del
análisis anterior se desprende claramente porque China apoya la globalización,
como expresión internacional de la división del trabajo. Nuevamente, expresado
en forma popular en el discurso de Xi Jinping Davos: ‘Te guste o no, la economía global es el gran océano del que no
puedes escapar. Cualquier intento de cortar el flujo de capital, tecnologías,
productos, industrias y personas entre economías, y canalizar las aguas del
océano hacia lagos y arroyos aislados simplemente no es posible. De hecho, va
en contra de la tendencia histórica” (el resaltado es nuestro)
En el mismo sentido Lucas Amorim en un artículo en https://exame.com/mundo/marxismo-seguira-como-base-da-economia-chinesa-diz-xi-jinping/amp/?__twitter_impression=true,
titulado “El marxismo seguirá siendo la base de la economía china, dice Xi
Jinping El presidente chino dice que el país no debería intentar copiar las
ideologías occidentales que han llevado al "desempleo" y la
"polarización”, refiere que “Han
pasado 42 años desde que Deng Xiaoping abrió la economía china cerrada y
atrasada en 1978. Desde entonces, China ha sacado de la miseria a 800 millones
de personas, se ha convertido en la segunda economía más grande del mundo y ha
comenzado a liderar algunos de los frentes más prometedores en tecnología, como
redes 5G. La escalada se produjo con el mantenimiento de un régimen político centrado
en el Partido Comunista, que decide internamente los líderes del país, y sigue
controlando las actividades sociales con mano de hierro.”
Y se pregunta: “¿Es posible que China continúe con
esta dualidad en un mundo cada vez más polarizado con Estados Unidos y con la
necesidad de reinventar la economía una vez más, pasando de la producción en
masa con foco en las exportaciones a un régimen centrado en el consumo interno?
Para el presidente chino, Xi Jinping , la respuesta es un rotundo
"sí". En un artículo publicado el sábado en la revista política
Qiushi y reeditado por el South China Morning Post de Hong Kong, Xi dijo que el
marxismo continuará guiando la política económica del país…La base de la
política económica de China sólo puede ser la política económica marxista".
Y sigue Amorim :” Para quienes esperaban un cambio de actitud, Xi, quien
también es el secretario general del partido comunista, duplicó la apuesta por
la estrategia de las últimas décadas. Para él, el sistema socialista con
características chinas es un pilar de la política económica del país que no
solo condujo al desarrollo económico sino que consolidó la posición del partido.
Según el SCMP, Xi dijo que después de 30 años de reforma y apertura, y en medio
de un cambio en el orden global, dirigir al país hacia el futuro será una gran
prueba para el partido comunista. El presidente chino negó que la política
marxista pudiera retrasarse y dijo que permitía que los mercados jugaran un
papel decisivo en la asignación de recursos, pero también asegura el control
del gobierno. China, según su presidente, no debería intentar copiar las
ideologías occidentales o su sistema capitalista. Para él, muchos países
capitalistas sufrieron crisis, desempleo, creciente polarización y crecientes
conflictos sociales.” Y cita a Xi: "China debe apoyar y desarrollar su
economía controlada públicamente, mientras apoya otros tipos de
propiedad", dijo. "La posición dominante del control público no se
puede cambiar y el liderazgo de la economía controlada por el estado no se
puede cambiar".
Finalmente Amorim explica que “El discurso de Xi
Jinping llega en un momento de creciente presión externa e interna.” Pero,
concluye: “Un activo del gobierno chino es la rápida recuperación económica
tras la nueva pandemia de coronavirus. Junto con Egipto y Vietnam, se espera
que el país sea uno de los únicos en crecer en 2020: las previsiones oscilan
entre el 1,5% y el 3%.”
China y
el legado soviético
Retornemos
ahora a la hipótesis inicial, en torno a
la valoración histórica de la URSS y de su proceso político económico y
cultural que se extendió desde 1917 a 1989.
Saikat
Bhattacharyya es un investigador indio de Kolkata que actualmente trabaja en la
Universidad de Jadavpur, Kolkata, Bengala Occidental, India. En el sitio
Regional Rapport, Bhattacharyya publicó, entre otros, tres artículos: “Marx 2000. Desde el Manifiesto Comunista a la
Ruta de la Seda Parte I”, de Junio 1, 2018, “Parte II”
de Junio 4, 2018 y “El Progreso Gradual de Stalin a Xi” de julio
24, 2020.( ver Web)
El pensamiento de Bhattacharyya resulta
interesante por la secuencialidad histórica que asume, la que podría puntualizarse así:
1) “Para
Marx y Engels la clase obrera despojaría a la clase
capitalista de su derecho a la propiedad privada y gradualmente se iría hacia
la propiedad social de todos los medios de producción. El tránsito entre
el momento de la toma del poder estatal por la clase obrera y el
establecimiento completo de la propiedad social sería la dictadura de la clase
trabajadora…Engels en su libro "Anti Duhring" explicó además que la
clase trabajadora después de tomar el poder del estado debía declarar la
propiedad estatal de los medios de producción y debía luchar contra la crisis
de sobreacumulación”.
2) “Lenin
intentó relacionar la propiedad estatal, prescripta por Engels, de la industria
de base, desarrollada bajo la dictadura del proletariado, con el proceso de industrialización dirigido
por el Estado de la Clase Trabajadora…Lenin abogó por la industrialización
dirigida por el estado. Mientras que Marx-Engels habían pensado en la
estatización de las industrias
desarrolladas existentes sin abordar la cuestión del desarrollo industrial (en
tanto imaginaban la revolución como inicialmente en países ya industrializados),
la principal preocupación de Lenin era el desarrollo industrial y el progreso
tecnológico en la Rusia atrasada. Mientras que Marx-Engels se preocuparon solo por la planificación dirigida por el
estado, para controlar la crisis de sobreacumulación, y, gradualmente, ir eliminando
los incentivos económicos individualistas, Lenin nunca hizo una distinción
entre estos dos objetivos del estado dirigido por la clase trabajadora…Por ello,
la Unión Soviética surgió como un poder que apuntaba al desarrollo de las
industrias de tecnología y armamento”. Esa habría sido una de las “actualizaciones” que introdujo
Lenin al marxismo, junto con su teoría del imperialismo y la de la existencia
de los países dependientes, entre otras cosas.
3) “Después
del final de la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética, bajo Stalin, se
convirtió en una de las dos superpotencias en
guerra fría junto con los Estados
Unidos. En realidad, en el período
de Stalin se experimentó una rápida industrialización debido a la política
comunista de aniquilación de las relaciones feudales en el campo y la inversión planificada dirigida por el
estado en sectores no rentables como las industrias de infraestructura básica,
educación y salud. Pero después de alcanzar este nivel, la Unión Soviética
debería haber dado más espacio para el emprendimiento privado y los incentivos
económicos individuales, manteniendo las industrias claves bajo la
planificación estatal… La Unión Soviética creó una sociedad educada y
saludable que podría haber sido ideal para un mayor crecimiento cualitativo a
través del emprendimiento privado guiado por la planificación estatal…Además,
el mundo capitalista estaba siguiendo el mecanismo keynesiano de creación de
demanda, liderado por el estado, para contrarrestar la crisis de sobreacumulación. Stalin
ignoró a Keynes como alguien que quería reformar el capitalismo y
salvarlo. Por el contrario Si el movimiento comunista hubiera podido
integrar las políticas keynesianas exitosamente hubieran podido hacerle jugar al mercado un buen rol en la
economía socialista de la URSS y otros países de Europa Oriental.
Stalin en su
libro, “Problemas económicos del socialismo en la URSS” afirmó que la
planificación es la base de la economía socialista y la motivación por la ganancia operaba solo muy
escuetamente en la economía socialista planificada.
Stalin logró la construcción rápida de industria pesadas, de educación y salud.
Esto creó una base productiva y laboral y una gran infraestructura muy rápidamente. Pero después
de eso, la economía soviética comenzó a lidiar con la escasez de los bienes de
consumo y la producción de la industria
ligera”.
4) “Después
de la muerte de Stalin, Kruschev se convirtió en Jefe soviético y comenzó a
criticar las políticas estalinistas. Este parece haber sido el comienzo de
los problemas económicos internos de la URSS, o por lo menos de la
visualización de los mismos. El crecimiento económico comenzó a
disminuir. Kruschev requería mayor rol del mercado y de los incentivos
económicos individuales en la economía de la Unión Soviética pero esto
no se produjo o no fue suficiente para una reproducción del capital que fuera competitiva
con el mundo occidental.”
5) “En esas
circunstancias Mao Ze Dong emergió
para muchos como el líder número uno del
comunismo internacional precisamente
después de las críticas de Kruschev
a Stalin…Mao reafirmó el legado de Stalin en el movimiento comunista y
al mismo tiempo criticó a Stalin por haber hecho depender demasiado al desarrollo económico
de la burocracia del sistema… Mao criticó la posición de Stalin en
su libro “Crítica de los problemas económicos del socialismo en la URSS” y dijo
que la planificación es la superestructura, pero la base de una economía socialista
planificada es la producción de bienes (mercancías) y dijo además que la ley del valor funciona
completamente bajo una economía socialista vista como un todo. Mao dijo además
que la economía socialista produce mirando el valor de uso, mientras que la
economía capitalista produce mirando el valor de cambio. Otra forma de decir lo
mismo es que en la economía socialista, la inversión debe estar orientada a las
necesidades sociales, mientras que en una economía capitalista, la inversión
debe estar orientada a las ganancias. La propuesta principal de Mao fue que la
planificación no cambia el modo de producción, es decir, la ley del valor permanece intacta. Solo
reemplaza las ganancias como objetivo
principal y determinante de la
inversión. Por lo tanto, el dinero de inversión bajo el socialismo ya no es
D-M- (D + D’) y este es un cambio que lleva a cabo,
desde la superestructura, la
comisión planificadora. Luego, mientras los individuos todavía trabajan por el
incentivo de la ganancia individual, en
la superestructura la comisión de
planificación impide que se auto-active el capital, invirtiendo
prioritariamente en razón de las necesidades sociales y no para obtener
ganancias. Stalin se equivocó al pensar que este cambio en la naturaleza del
dinero de inversión se hacía desde la
base. Así, mientras Stalin pensaba que la propiedad privada estaba en una etapa
moribunda, Mao enfatizó que la propiedad privada permanece y renace en reacción
a cada acción que se toma bajo la
economía socialista planificada. …Mao señaló como otro inconveniente importante de la economía
planificada de Stalin el de dar demasiada importancia a las industrias pesadas,
mientras que se preocupaba poco por las industrias livianas señalando que los
planificadores, economistas y burócratas pueden determinar el valor de uso de
las industrias pesadas y la infraestructura, pero el valor de uso de las
industrias ligeras está determinado solo por las personas. Por lo tanto, las
personas deben participar en las decisiones sobre qué producir, cómo producir y para quién
producir. La decisión debe tomarse democráticamente en la planificación
económica. No debe dejarse en manos de los burócratas.”
6) “Para la
década de 1970, Occidente experimentó un
cambio tremendo. Se comenzó a utilizar la deuda para crear demanda y se comenzó
a reducir el papel del estado en la economía. Se empezó a decir que la
intervención del estado en la economía era ineficiente y terminaba siendo un desincentivo para trabajar
duro. Basado en el canal de crédito del petrodólar los Estados Unidos se
aseguraron de un crédito ilimitado y con esto se inflaron los precios de sus activos y se comenzó también a obtener
ganancias comerciando activos. Así, los capitalistas pudieron
obtener ganancias en el comercio de activos y la crisis de sobreproducción se
resolvió temporalmente. Poco a poco, Occidente, principalmente los EE. UU.,
comenzó a externalizar la base de sus fábricas a los países del Tercer Mundo para obtener
más ganancias, mediante el aprovechamiento de mano de obra barata. Además,
Occidente y los Estados Unidos comenzaron a beneficiarse, como ya dijimos, mediante
el comercio de activos…Otra dimensión del auge del capitalismo financiero, fue el hecho de que EEUU les permitió a los cárteles de la
OPEP, liderados por Arabia Saudita, que
pudieran subir el precio del petróleo muy por encima de los costos de
producción, y parte de esta alta renta aumentaba el consumo en los países ricos
en petróleo, mientras que otra parte financiaba las operaciones de los Estados
Unidos en el crédito y el comercio de activos. Así, el
capitalismo global comenzó a observar el renovado crecimiento.”
7) “Entre
1920 y 1970, la Unión Soviética registró la segunda tasa de crecimiento más
alta después de Japón. Pero después de 1970, la Unión Soviética se estancó
por completo. Su tasa demográfica de fertilidad cayó por debajo de la tasa de
reemplazo…Gorbachov decidió (erróneamente) encarar primero
las reformas políticas pero destruyó el monopolio político del
partido comunista. Luego comenzó las reformas económicas pero al permitir
el libre juego de las fuerzas del mercado, sin un poder político consolidado que las
regule la Unión Soviética, rica en petróleo, padeció la “enfermedad holandesa”
debido a los altos precios mundiales del petróleo. Eso hizo que toda la
base de la industria de la Unión
Soviética no se actualizara, volviéndose no competitiva en el mercado global. La economía
abierta resultó en la desindustrialización de la economía de la Unión
Soviética…La Unión Soviética, como ya había perdido la ventaja demográfica,
tenía trabajo educado pero costoso. Por lo tanto, no
logró atraer suficiente capital occidental. Todos en la Unión Soviética
culpaban al gobierno comunista de los problemas económicos, mientras que la
falta de centralización en el poder de toma de decisiones le daba pocas
posibilidades al partido comunista para
cambiar el rumbo. Como resultado, la Unión Soviética se derrumbó en 1991.
Esa fue una gran derrota ideológica para el movimiento comunista…La Unión
Soviética colapsó porque su estructura económico política era ideal para la era
capitalista monopolista leninista, pero
no para la era capitalista financiera post-leninista. De hecho,
para la Unión Soviética las tasas de
crecimiento más altas con menor productividad eran parte del
éxito socialista al haber dado a
la clase trabajadora más tiempo libre, a diferencia del mundo capitalista.”
8) “En ese momento, Deng Xiaoping, lider de la
China comunista, desde 1978, entendió que se abría para China una oportunidad de obtener tecnología y capital
occidentales lo que permitiría industrializar China rápidamente. Deng
aprovechó la oportunidad. Mucha gente en todo el mundo pensó que Deng se
estaba moviendo hacia el capitalismo. No lograron comprender que Deng solo estaba reaccionando
correctamente ante el cambio de las condiciones materiales. El capitalismo
se había transformado del capitalismo de producción al capitalismo financiero. La
deuda para crear demanda se había
vuelto momentáneamente más
importante que la misma producción para el abastecimiento. Los
consumidores se hicieron más importantes que los trabajadores. El
capitalismo se transformaba reaccionando
ante la crisis de sobreproducción. Y esta transformación presentaba a
China una oportunidad histórica, advertida claramente por Deng…Deng surgió
cuando China soportaba aun los efectos negativos de la Revolución Cultural. …Deng
aceptó la contribución de Mao a la lucha contra el imperialismo, erradicando el
feudalismo y construyendo fuertes industrias de educación, salud,
infraestructura física y militar, y
también aceptó la crítica de Mao a Stalin. Deng aceptó que la base de
una economía socialista planificada sigue siendo la producción mercantil donde
la ley del valor actúa plenamente y la propiedad privada emerge todos los días…Deng
también aceptó que los planificadores no pueden determinar el valor de uso de
la industria ligera o de industria de bienes de consumo sino que es la gente la
que tiene que decidir eso. Esto a su vez
presentaba el inconveniente de que no podía consultarse al público con mecanismos de participación que y como producir ya que la
gente no comprende las cuestiones
complejas vinculadas con la producción.
Solo los profesionales entienden del tema. Pero las personas pueden decidir el
valor de uso al revelar sus preferencias en el mercado. El mercado es necesario
entonces en las industrias ligeras y en los bienes y servicios de consumo…Pero Deng también apreciaba el poder
de la economía socialista para invertir en la producción de valores de uso.
Entendió que el socialismo puede tener la ventaja sobre ello solo si resuelve
antes plenamente la producción de mercancías de consumo masivo a partir de las
reglas del mercado capitalista. Entonces, Deng permitió que la propiedad
privada operara, permitió un mercado competitivo y aprovechó el mercado global
y la tecnología global, los cuales eran superiores a su contraparte china. Con
ello activó por completo una base de producción de “commodities” mientras daba
a la vez prioridad de inversión en gran
escala priorizando en esto si el valor de uso (necesidades sociales) sobre el
valor de cambio (ganancia)…Por lo tanto, Deng se negó a la privatización
desenfrenada y a la política electoral liberal, a diferencia de Gorbachov en la
URSS. Deng continuó manteniendo la propiedad estatal en sectores clave e
industrias y servicios de infraestructura, mientras permitía la propiedad privada
en el sector de bienes de consumo. La iniciativa privada motivada por el valor
de cambio (motivación monetaria) es buena para
identificar áreas con ventajas competitivas, mientras que la
creación de valor de uso (infraestructura) dirigida por el estado continúa
creando nuevas áreas de ventaja competitiva sin tener en cuenta el valor de
cambio (ganancia).”
9) “China
comenzó así a industrializarse utilizando capital y tecnología de EE. UU.,
Occidente y Japón, mientras que EE. UU continuó
endeudándose con China y otros
países y generando demanda de productos hechos en China. Y en 2013, bajo el
liderazgo de Xi Jinping, China optó por una
idea diferente a la del capitalismo para contrarrestar la crisis de
sobreproducción. A China se le ocurrió la Iniciativa “Belt&Road”, que consiste en invertir en infraestructura
como puertos, ferrocarriles y carreteras, en todo el mundo y ayudar a
diferentes regiones pobres a desarrollar y compartir la prosperidad de
China. China puede soportar largos períodos de gestación y pérdidas a
largo plazo, mientras que el sistema occidental no puede. Esto se debe, si, a que en la economía china continúa la
apropiación de la plusvalía del trabajo asalariado. Pero mientras en
Occidente la manera de utilizar la plusvalía es decidida por la clase
capitalista y banquera privada, en China lo mismo lo deciden los líderes de la
clase trabajadora…Esto es porque la
clase trabajadora puede afrontar
inversiones de largo plazo a lo
que rehúyen la clase capitalista y los banqueros privados. Por lo
tanto, el sistema occidental es más
propenso a comerciar activos a corto plazo con fines de lucro, pero China puede realizar inversiones reales
con un largo período de gestación. Esto simplemente prueba que el sistema
chino puede lidiar con la crisis de sobreproducción sin endeudamiento externo
y, sin ser autosuficiente, mantener la base industrial más o menos
intacta. Esto también muestra que China mantendrá el poder de asignación
de recursos más en manos del Estado que en manos de los capitalistas privados…Esta es la nueva dimensión de la lucha
entre el comunismo y el capitalismo en la nueva era de Belt&Road.
Así, la mayor parte del proyecto Belt Road será desarrollado por bancos
estatales y corporaciones de infraestructura estatales…China también lanzó un
plan de oro, yuan y petróleo para todos los países que venden petróleo, y
obtuvo el 12% del mercado mundial de futuros de petróleo en solo los primeros
50 días. Así, pronto el BRI comenzará a ser financiado por el propio
yuan. Por lo tanto, China ya es el centro de producción del mundo y pronto
emergerá también como el centro financiero global. La economía más fuerte del mundo bajo la dictadura de la clase
trabajadora es definitivamente el evento más importante de la historia. El
liderazgo comunista chino ya ha convertido a la clase capitalista china en el
mero apéndice del socialismo. Una
vez que China se convierta también en el centro financiero transformará a la clase capitalista global en una herramienta para cumplir los objetivos establecidos
por el liderazgo comunista…El movimiento comunista mundial ahora posee la
economía más grande del mundo y puede tener la mejor tecnología del mundo en
los próximos 10-15 años…China ya está celebrando el cumpleaños 200 de Marx con renovado vigor. La
Unión Soviética demostró cómo abolir el feudalismo en las economías atrasadas e
industrializarse rápidamente invirtiendo de manera no rentable a través de la
planificación estatal en las industrias de educación, salud e infraestructura
básica. Las reformas chinas han
demostrado que el mercado funciona mejor bajo la dictadura de la clase
trabajadora, donde continúa la apropiación de la plusvalía del trabajo
asalariado, pero el uso del excedente está determinado por el liderazgo de la
clase trabajadora, no por los líderes capitalistas. Esta es la mejor
manera de resolver la crisis de sobreacumulación a nivel agregado y la
motivación monetaria a nivel individual. Entonces China ya es un modelo a
seguir para el mundo en desarrollo…Xi se convirtió en Presidente después de que
la producción china se hizo demasiado grande para depender solo de la demanda del mercado global. Por lo
tanto, Xi recomendó la creación de una demanda de inversión en infraestructura
que no solo crea áreas de nueva ventaja competitiva, sino que también crea
demanda para las industrias y servicios existentes. Con ello queda demostrada una nueva ventaja de una economía
socialista. El socialismo no solo invierte en la creación de valor de uso mejor
que el capitalismo, sino que también puede crear demanda en el proceso y, por
lo tanto, hacer que la inversión motivada por las ganancias dependa de la
creación de demanda a través del valor de uso planificado. Por lo tanto, la
creación de valor de cambio se vuelve permanentemente dependiente de la
creación de valor de uso que no proporciona ningún retorno de valor de cambio.
Así que Xi está liderando la etapa más avanzada de socialismo alcanzada por la
humanidad hasta ahora…Es decir que
las recomendaciones de política de Deng se hicieron teniendo en cuenta las
ventajas y desventajas de las políticas de Stalin, analizando las críticas de
Stalin por Mao e identificando las áreas de fracaso de las políticas de Mao.
Las políticas de Xi se basan en el éxito de Deng. Esta es la razón por la cual
la política de Deng está demostrando ser la mejor política de desarrollo jamás
creada en la humanidad. Las políticas de Deng serán una gran fuente de
inspiración para desarrollar las fuerzas productivas del Tercer Mundo y reducir
la brecha en las fuerzas productivas y los salarios entre el Tercer Mundo y el
Primer Mundo. Del mismo modo, las políticas de Xi están inspirando a las
personas del primer mundo a buscar inversiones priorizadas por valor de uso
sobre inversiones priorizadas por valor de cambio (ganancias).” (Los resaltados
y los paréntesis son nuestros)
Así Bhattacharyya concluye en que “La economía
socialista progresó gradualmente de Stalin a Xi Jinping, el modelo de
industrialización rápida de Stalin fue criticado por Mao y Deng aprendió de la
teoría y las prácticas de Mao, pero Xi está construyendo una nueva etapa de la
economía socialista donde el capital se vuelve dependiente del flujo de
inversión sin fines de lucro …El mercado es necesario en las industrias ligeras
y en los bienes y servicios de consumo…Por lo tanto, Deng se negó a ir a la
privatización desenfrenada y la política electoral a diferencia de Gorbachov de
la URSS. Deng continuó manteniendo la propiedad estatal en sectores clave e
industrias y servicios de infraestructura, mientras permitía la propiedad
privada en el sector de bienes de consumo. El deseo privado de valor de cambio
(motivación monetaria) permite identificar el área con una ventaja competitiva,
mientras que la creación de valor de uso (infraestructura) dirigida por el
estado continúa creando nuevas áreas de ventaja competitiva sin tener en cuenta
el valor de cambio…El socialismo no solo invierte en la creación de valor de
uso mejor que el capitalismo, sino que también puede crear demanda en el
proceso y, por lo tanto, hacer que la inversión motivada por las ganancias
dependa de la creación de demanda a través del valor de uso planificado… la
creación de valor de cambio se vuelve permanentemente dependiente de la
creación de valor de uso que no proporciona ningún retorno de valor de cambio.
Así que Xi está liderando la etapa más avanzada de socialismo alcanzada por la
humanidad hasta ahora…Por lo tanto, las
recomendaciones de política de Deng se crearon teniendo en cuenta las ventajas
y desventajas de las políticas de Stalin, analizando las críticas de Stalin por
Mao e identificando las áreas de fracaso de las políticas de Mao. Las políticas
de Xi se basan en el éxito de Deng. Esta es la razón por la cual la política de
Deng está demostrando ser la mejor política de desarrollo jamás creada en la
humanidad. Las políticas de Deng serán una gran fuente de inspiración para
desarrollar las fuerzas productivas del Tercer Mundo y reducir la brecha en las
fuerzas productivas y los salarios entre el Tercer Mundo y el Primer Mundo. Del
mismo modo, las políticas de Xi están inspirando a las personas del primer
mundo a buscar inversiones priorizadas por valor de uso sobre inversiones
priorizadas por valor de cambio…El socialismo no solo invierte en la creación
de valor de uso mejor que el capitalismo, sino que también puede crear demanda
en el proceso y, por lo tanto, hacer que la inversión motivada por las
ganancias dependa de la creación de demanda a través del valor de uso
planificado. La economía socialista progresó gradualmente de Stalin
a Xi Jinping, el modelo de industrialización rápida de Stalin fue criticado por
Mao, y Deng aprendió de la teoría y las prácticas de Mao, pero Xi está
construyendo una nueva etapa de la economía socialista donde el capital se vuelve
dependiente del flujo de inversión sin fines de lucro.”
Las citas han sido extensas y obviamente seleccionadas
y extrapoladas de acuerdo a lo que intentamos demostrar en este
artículo, pero como se podrá apreciar no tienen desperdicio alguno y tienen un
poder descriptivo y demostrativo mayor que el que podríamos haber intentado
nosotros, por lo que hemos decidido basar este artículo en ellas. Tratándose de
un período histórico tan extenso y tan
complejo merece sin duda tratamientos más abundantes y profundos que sin lugar a dudas tendrán lugar de ahora
en más, pero no puede ponerse en dudas que lo aquí expuesto constituye una
hipótesis consistente y una sólida línea de interpretación
China
frente al neoliberalismo
Mientras
tanto veamos qué es lo que pasa en el mundo del capitalismo verdaderamente existente.
Nuevamente vamos a apoyarnos en una
acertada síntesis de Saikat Bhattacharyya –publicada el 25 de enero de 2017 en
el Regional Rapport, “Modelo de globalización del orden capitalista financiero
neoliberal” en la que señala que: el orden capitalista financiero,
principalmente neoliberal, está conformado por tres fuerzas:
1) El cártel
de la OPEP, principalmente saudí, que controla el mercado del petróleo y las
ventas de petróleo en dólares estadounidenses y deposita esos ingresos en
dólares de la venta de petróleo en la Reserva Federal de los Estados Unidos.
2) El Tercer
Mundo, especialmente China, produce bienes y servicios utilizando su mano de
obra barata y capital de Estados Unidos y otros países del primer mundo. Luego,
la producción se exporta principalmente a los países del Tercer Mundo y a EE.
UU., China, deposita los ingresos netos
de exportación, así como las deudas e inversiones externas en la Fed de EE. UU.
3) El
mercado de activos de EE. UU. Obtiene deuda de los depósitos de la Fed de EE.
UU. Por lo tanto, los precios de los activos estadounidenses se inflan y las
ganancias se obtienen mediante el comercio de activos. Así surgió un sistema
globalizado de gestión de la demanda basado en el petróleo, la mano de obra
barata y las finanzas.
Pero reflexiona Bhattacharyya hoy estamos frente
a una “Caída del orden neoliberal y ascenso de ‘OBOR. Ahora, en 2007, la
economía de Estados Unidos está fuertemente endeudada con China, Japón, Arabia
Saudita y otros países del Tercer Mundo. China ya es un centro de fabricación
global con la mayor reserva de divisas en la Fed de EE. UU. Por tanto, el
modelo financiero neoliberal se vuelve problemático. La reunión del G-8 de 2008
vio por primera vez a Estados Unidos pidiendo un rescate a China para salvar su
sistema financiero. China, para salvar sus depósitos valorados en 4 billones de
dólares en la Fed estadounidense, decidió rescatar el sistema financiero
estadounidense. China comenzó a pensar en una forma alternativa de invertir sus
ganancias extranjeras y generar demanda a partir de ese día. Por lo tanto, en
octubre de 2013, a China se le ocurrió esta brillante idea de "One Belt
One Road" (OBOR), donde China invertirá gradualmente sus reservas de
divisas, incluidas las ganancias netas de exportación, en sectores de
infraestructura reales en lugar de letras del Tesoro de EE. UU. Por lo tanto,
China ya no quiere depender del mercado financiero estadounidense para generar
demanda para sus exportaciones. Más bien, China quiere pasar a un sistema
sostenible en el que China mantendrá un superávit en cuenta corriente y
compartirá sus recursos con el resto del mundo mediante la inversión en
megaproyectos de inversión en todo el mundo.” Y prosigue: “Si tratamos de entender
realmente por qué China tuvo que llegar
a la idea de OBOR, debemos aceptar que el sistema de generación de demanda
financiera es insostenible y que OBR nació debido a la falla del sistema. El sistema neoliberal
se basa en las ganancias de la negociación
de activos. Este sistema de gestión de la deuda miope creó un lado cultural que
también es miope. Las construcciones culturales neoliberales incluyen
consumismo, ganancia rápida de dinero, individualismo…, etc…” ( la traducción
del inglés es nuestra)
Así Bhattacharyya
concluye: “El capitalismo financiero
neoliberal nació a partir de una demanda
rápida sostenida con deuda. Esta fórmula de gestión de la demanda miope creó
instituciones sociales y culturales miopes. El OBOR enfrentará desafíos de
estas instituciones y cultura miope aún existentes. Por lo tanto, OBOR tiene
que crear culturas e instituciones sociales con visión de futuro que coincidan
con su programa de gestión de la demanda a largo plazo. Con el sistema de ruta
de la seda”
La síntesis de los orígenes de la globalización financiera
y sus limitaciones que la conducen inexorablemente a la crisis es clarísima. Coincidimos
por nuestra parte desde un análisis marxista
que nos ha llevado a identificar a la globalización financiera como la última
de las tres etapas del capital (“Globalización tercera –y última – etapa del
capitalismo” Ed Luxemburg Buenos
Aires 2011)
El
capitalismo. Nada que ofrecer
El
capitalismo está en una crisis terminal, La centralidad de lo financiero que en
el siglo XIX era una posibilidad remota se ha convertido, a partir de la
globalización en un proceso sistémico, que empezó con las relaciones
imperialistas de dependencia, y siguió luego con los mecanismos institucionales
de transformación de los salarios en capital dinero a través de los sistemas de
pensiones por capitalización y después alimentado por la emisión de títulos de
deuda privada y de deuda pública cada vez más masiva en los países capitalistas
centrales. Un sistema financiero mundial ultra parasitario que cuenta con una
protección irresponsable e irracional a partir de la intervención de la Fed
(Banco Central de los EE.UU.) y el BCE, que
siguen brindando su apoyo a los inversores financieros con un nuevo rescate de
los bancos por parte del Estado y la consiguiente “socialización de las
pérdidas” a costa de los asalariados”.[1]
Y como si la irracionalidad de base de todo
esto fuera poca, debe agregarse a todo ello la irrupción del big data y de los
algoritmos en una suerte de manejo automático, y por lo tanto parcialmente
fuera del control de la mente humana, de las operaciones financieras globales
con el comercio de alta frecuencia (en inglés high-frequency trading, (HFT) “trading automático” basada en la decisión
estadística que gestiona el “big data” de los datos financieros, a los que se agregan lo que se conoce como “robot-investing” [2]
Esta bomba
de tiempo económico financiera, casi
fuera de las manos del control político racional, armada de espaldas a
cualquier interés verdaderamente humano y con pronóstico de muerte anunciado
por explosión descontrolada, sería el “vencedor” de la batalla contra el
socialismo soviético.
Teniendo en
cuenta todo lo compilado anteriormente, ¿no parece que fuera exactamente lo
contrario?
Mariano
Ciafardini
Doctor en Ciencias Políticas
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