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jueves, 29 de diciembre de 2022

Tiempos de Pandemia - Pandemic times

 

 

Tiempos de pandemia. Estos son dos breves artículos ambos en español y en inglés  publicados el 25 de marzo del 2020 en mi blog a propósito de la pandemia de Covid 19,  la vigencia del marxismo para el analisis cientifico de la cuestión (artículo 1) y sus consecuencias y las distintas reacciones gubernamentales  en contextos nacionales con sistemas económico sociales opuestos (artículo 2).

 

Pandemic times. These are two short articles, as usual presented in Spanish and English, published on March 25th, 2020 in this blog about the Covid 19 pandemic, its consequences, the validity of Marxism for the scientific analysis of the issue (Article 1) and the different reactions in national contexts inspired by the policies of opposing social economic systems (Article 2)

 

 

 

Article 1 - A virus annouces the end of Capitalism

 

When the Berlin Wall fell in 1989 and the USSR imploded the following year, it was taken for granted in the collective unconscious of humanity (with a few exceptions) that the socialism and communism proclaimed by Marx and Engels had been a mere utopia without possibilities of effective and permanent realization. There were even trivial theories about the end of ideologies, proclaiming the definitive triumph of the “liberal democracies” with the US as a model. But the ghastly increase in inequality worldwide and the emergence of large pockets of poverty even in the most "developed" countries quickly spoiled the celebration of the triumph of capitalism, casting clouds over its supposed ability to lead humanity to a good definitive haven. Doubts as to a true triumph of capitalism deepened as the crises of the system continued to take place, even though there was no communist phantom to blame. Already in the 2008 crisis, not only was the generalized realization that capitalism was an exhausted system, but the Marxist bibliography once again came off the shelves at a fast pace.

Capitalism produced, precisely in those days of the end of the Soviet experience, a novel form of political, economic and social structure which came to be called globalization. Scientific and technological development (development of the productive forces in the Marxist lexicon ) allowed capitalism to establish a hyperconnected world system with massive permanent demographic flows that boosted the world economy to unprecedented levels of production and exchanges. However, the Marxist prophecy (of the contradiction between productive forces and production relations) supposedly overcome by a capitalism that permanently reinvented itself, came to pass precisely at the moment of the apparent greatest achievement of capital: the globalization of the system. What has happened since is that the relations of production and property of neoliberal capitalism of the stage of globalization not only hinder the development of the productive forces (in a beneficial sense for humanity) but are leading humanity to disaster with danger of extinction. This had already been revealed with the alteration of planetary ecology (a problem that is still more urgent today than ever, although is being ignored by the headlines for obvious reasons). The point is that the development of the productive forces of globalized capitalism is a false development, a hypertrophied, degenerative and perverse growth. Capital in its globalized financial form has led humanity to a type of irrational production of unnecessary goods, has created demands for futile consumption, and has put into operation gigantic systems of totally dispensable luxury services. Millions of people traveling the world without any real need (with the underside of desperate immigration fleeing from violence or poverty), multimillion-dollar investments in entertainment and voiding indispensable investments in education and health. Covid 19 may finally be controlled (we do not yet know at the expense of how many victims), but the outbreak of a highly fragile economic and political system like that of globalized capitalism that is based on the dynamics of large groups of uncontrolled financial capital is now irreversible. This economic crisis can only be overcome by returning to a controlling role for the State much greater than what we had in the 20th century with the Welfare State together with the construction of a world economic system with planned production and consumption based on cooperative government agreements that should lead to regional and supra-government rule. In other words, with the constitution of global political governance that articulates the national states in a great world system, with the re-nationalization of vital systems for social functioning such as finance, communications and transportation, and education, and especially health care to start with. Does Marx resonate?

……………

 

 

 

Artículo 1

 

UN VIRUS ANUNCIA EL FINAL DEL CAPITALISMO

 

Cuando en 1989  se cayó el muro de Berlín y al año siguiente implosionó la URSS,  se dio por sentado en el inconsciente colectivo de la humanidad (con algunas pocas excepciones) de que el socialismo y el comunismo proclamados por Marx y Engels habían sido una mera utopía sin posibilidades de realización efectiva y permanente. Hasta se teorizó a la ligera sobre el fin  las ideologías proclamándose el triunfo definitivo de las “democracias liberales” con EEUU como modelo. Pero, el tremendo aumento de la inequidad a nivel mundial y el surgimiento de amplios bolsones de pobreza, aun en los países más “desarrollados”, aguó rápidamente la fiesta del triunfo del capitalismo, arrojando nubarrones sobre su supuesta  capacidad de llevar a la humanidad a un buen puerto en forma definitiva. Las dudas en cuanto a un verdadero triunfo del capitalismo se fueron ahondando a medida que las crisis del sistema se siguieron produciendo aunque no hubiera ningún fantasma  comunista al que echarle culpas. Ya en la crisis del 2008, no solo se cayó generalizadamente en la cuenta de que el capitalismo era un sistema exhausto sino que la bibliografía marxista volvió a salir de los anaqueles y a obtener “raitings” editoriales.

El capitalismo produjo, precisamente en aquellos días de la finalización de la experiencia soviética, una forma de organización política, económica y social de la humanidad  muy singular, que dio en llamarse globalización El desarrollo científico tecnológico (desarrollo de las fuerzas productivas en el léxico marxista)  le permitió al capitalismo establecer un sistema mundial hiperconectado y con masivos flujos demográficos permanentes que impulsó la economía mundial a niveles de producción e intercambios sin precedentes. Sin embargo la profecía marxista  (de la contradicción entre fuerzas productivas y relaciones de producción) supuestamente superada por  un capitalismo que se reinventaba permanentemente a sí mismo, se vino a cumplir precisamente en el momento del aparente mayor logro del capital: la globalización del sistema. Resultó ser entonces que  las relaciones de producción y propiedad del capitalismo neoliberal de la etapa de la globalización  no sólo traban el desarrollo de las fuerzas productivas (en un sentido beneficioso para la humanidad) sino que están llevando al género humano al desastre con peligros de extinción. Esto ya se había puesto de manifiesto con la alteración de la ecología planetaria (problema que sigue hoy más vigente que nunca, aunque haya salido, temporalmente, de los grandes titulares por obvios motivos). La cuestión es que el desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo globalizado es un falso desarrollo,  un crecimiento hipertrofiado, degenerativo y perverso. El capital en su forma globalizada financiera  ha llevado a la humanidad a un tipo de producción irracional, de objetos no necesarios,  ha creado demandas de bienes fútiles y  ha puesto en funcionamiento gigantescos sistemas de servicios suntuarios totalmente prescindibles (con la contracara de miles de millones de excluidos totalmente del sistema). Millones de personas viajando por el mundo en aviones y cruceros sin ninguna necesidad real (con la contracara de las inmigraciones desesperadas huyendo de  la guerra o la pobreza) inversiones multimillonarias en divertimento y  entretenimiento y abandono de las inversiones realmente necesarias en educación y salud etc. etc.

En este contexto el Covid 19 podrá ser finalmente controlado (no sabemos aún a expensas de cuantas víctimas), pero el estallido de un sistema económico y político  de altísima fragilidad, como el del capitalismo globalizado que se basa en la dinámica de grandes grupos de capital financiero sin control estatal alguno, es ya irreversible. De esta crisis económica solo se saldrá  a partir de un retorno a un protagonismo del Estado  mucho mayor incluso que en el S XX (estado-benefactor) y del armado de un sistema económico mundial con planificación de la producción  y del consumo mundiales a partir de acuerdos intergubernamentales, en principio, y supra-gubernamentales  finalmente.  Es decir con la constitución de una gobernanza política global que articule a los estados nacionales en un gran sistema  mundial, con la re-estatalización de los sistemas vitales para el funcionamiento social como el financiero, el de las comunicaciones y transportes y el educativo y sobre todo el sanitario para empezar. Resuena Marx ¿no?

 

 

Article 2

THE INMUNO DEFICIENCIES OF CAPITALISM

 

As the irony in social sciences goes, a social fact is much easier to predict when it has already occurred.  The coronavirus pandemic is a fact occurring nowadays and we could say almost, taking into account the spreading potential of the virus, that it's just beginning to occur.  What can be predicted then about it?  To begin with, we lack the empirical and conceptual tools in the face of a type of epidemic that has a low rate of mortality in relation to the number of infected people, but that number, if the expansion is not contained timely and with adequate measures, it can reach in some cases 90 percent of the population of a country, so that although the mortality rate is low, the number of deaths, in itself, may become very high and rise even more due to the collapse of the health system concerned. For example, in a country like India, if measures like those adopted by China were not taken, the dead count could reach hundreds of thousands, and the infected tens of millions or more, which, for the more than one billion  inhabitants of that country would be a low average, but as a health impact it is staggering.  It is usually said, regarding statistics, also ironically, that whoever has to suffer the fact does not care about being part of the nought dot percent probability, since that does not prevent him from dying all the same. But if there is an "empirical" element that in this case helps to make forecasts on the matter, not sanitary but rather  economic, social and political, it's the market, that is, the behavior of speculative financial capital, the well-known paradigmatic form of capital in our days.  The famous markets are totally altered, with a clear and persistent downward trend. What does that mean? That capital is afraid of a health catastrophe? Or perhaps it is concerned with the health of humanity? Or is concerned with human pain and suffering?  Those killed by this or any other virus do not affect capital in any way, what is more, even with regard to pharmaceutical capital or certain chemical industries this may become an opportunity for great profits.  No, capital does not care about the dead toll or the spread of infection.  Capital is affected by the socio-political measures imposed by emergency health protocols. Protocols that China observed to the letter, and now many other countries –although somewhat late– seem to be obeying as well.  Because regardless of the huge or low number of deaths, something that will not influence at all the hyper-growth of the world population, the strategies necessary to face the virus in each country, isolation and dwindling production, among other things , is a tremendous decrease in the demand for goods.  And what is capitalism without demand (particularly without aggregate demand) for goods?

Capitalism as we know it today needs the irrational and unnecessary demand for products, luxury or fashion, or the artificially induced demand to acquire goods (that without publicity induction we would never have bought). This is the fuel of the monumental fiction of Financial Capitalism (stage of the decline of capitalism as a system[1] that we have the dubious privilege to suffer) whose sustainability is based on unrestrained debt taking for the over-acquisition of assets in "comfortable" installments.  The current “roulette capitalism” desperately needs that crazy consumer demand, those bingos and casinos where workers are going to leave the last pennies of their meager wages, if not their entire wages.  The reality of a pandemic with the characteristics of the coronavirus hits fictional capitalism on the waterline, because, as said before, it is sustained by prevailing consumerism and the illusion of credit, mainly in the countries of developed capitalism such as the United States, Western Europe and Japan.  The isolation prescribed in the protocols for dealing with the coronavirus has the effect, among others, of maximizing the demand for staple goods and little else.  And this will be so for several months, a frightful situation for a capitalist economy suffering from overproduction and sliding into recession.  It is true that after the pandemic, the preceding conditions will once again prevail, but by then the “bubble burst” will have already taken place, a huge bubble, much larger than in 2008, with no possibility now of any bank bailout with “quantitative easing” (at the risk of a monetary meltdown), that is to say, the backbone of financial capitalism will break and with it, that of all possible capitalism, at least in the ways we have known it.

Regarding China, the very same could be said since the authorities, that is to say, the Communist Party and the Chinese government, have privileged the immediate containment of the epidemic at great economic cost, possibly because they have the economic muscle to do so, but mainly because the  Chinese government is not dominated by any social economic sector, call it bourgeoisie or proprietary aristocracy or capitalist financial oligarchy,  or international financial groups. It is , and has clearly demonstrated it with the reaction to the coronavirus pandemic, a state and partisan bureaucracy whose main objective is the defense of China's sovereignty, the growth of its economy and (what makes it different from the rest of developed countries) the improvement of the standard of living of the Chinese people without exclusions. Eight hundred million people left poverty behind in the last 30 years, something that in the truly capitalist developed world not  only does not exist but cannot exist, since it would be a contradiction to their logic of development. There are neoliberal capitalist countries that are an exception to this rule and have good living standards for almost all and good health systems for almost all, but they are countries with smaller geographic, demographic and economic dimensions, and they are few –the necessary exceptions that confirm the rule– and they have been and are the models that the system uses in the ideological struggle.  

China will manage to overcome this epidemic, as it already seems to be doing, in a resoundingly effective way and, above all, without sacrifices from any particular sector of the population at the expense of another.  The coronavirus is not a problem precisely for China, although it has been the place where the virus "originated", but for the countries dominated by the financial groups of current capitalism; i.e., almost the whole world except countries like Cuba, Vietnam, North Korea or, perhaps, Venezuela and Nicaragua that also have governments with a great popular consensus precisely because they do not rule favoring a privileged sector of the population. Beyond their successes or failures in their efforts and their achievements in the midst of a capitalist world that rejects, isolates and boycotts them, they seem to be doing much better.  It remains to be seen what happens in Russia, which, although not a country self-proclaimed socialist or in the process of building socialism, comes from a deeply ingrained socialist culture that on many occasions has made itself felt both in its foreign and internal policies, with  practically total support of its population for certain policies of Putin's government.  The consensus that prevails in socialist countries or countries moving towards socialism (as the Chinese define themselves) is largely due to the fact that the bureaucracies that conform State and government are subject –regardless of the crisis in question– to the same ups and downs suffered by the rest of the population, at least in general terms.  In other words, they do not behave as a privileged group of CEOs of large national and international bourgeoisies who seek to save themselves and those they represent at any cost.  This may not be the case in all the individual cases of these socialist countries, but it is true for most of their leaders, even the most exalted.  If this were not the case, it would be inexplicable that they have been able to maintain the single party system for so long and throughout such massive crises like the Cuban “Special Period”, the great Chinese famines or the terrible war of liberation of Vietnam and its  aftermath, events that would have swept away any government of the so-called capitalist liberal "democracies".  The stock markets fall because they know this;  they know that this epidemic is a crucial  test that will make it increasingly clear that capitalism as a system is no longer useful, it is exhausted, in crisis and in deep decline, and that the whole system is, as an Argentine saying goes "Tied up with a string". An alternative is emerging from the very heart of the capitalist economy that is headed on another way which finally appears as the path of the future.  The choice of this path is what infuriates the capitalist world powers so much in the cases of Venezuela and Nicaragua, not because of the pretended "lack of democracy", which has not mattered one iota in the case of the coups in Brazil and Bolivia they themselves promoted. 

History seems to play with humankind.  Just as the mass media of the world's major financial groups celebrated the triumph of capitalism, the end of history, the last man and the death of ideologies, capitalism begins to fall in the least expected way.  Paradoxically (or not so much) the capitalist system that endured in its beginnings one of the largest epidemics suffered by the human species, the 1300's Black Plague which humans overcame with an enormous cost of lives, risks now a breakdown with another pandemic that, at least in terms of the globally infected, promises to be just as dreadful, accompanied by a withering economic crash never seen before and in just a few weeks.  This is a sort of prediction without the event having yet fully occurred.  But as the saying goes, there's no smoke without a fire.

 

 

 

 

 

Articulo 2 

 

LAS INMUNO DEFICIENCIAS DEL CAPITALISMO

 

Como  se dice, en ciencias sociales, irónicamente, un hecho social  es mucho más fácil de predecir  cuando  ya se ha producido.

La pandemia del coronavirus es un hecho que en realidad se está produciendo  y podríamos decir casi, teniendo en cuenta la potencialidad de esparcimiento del virus,  que recién empieza a producirse. ¿Qué se puede predecir entonces al respecto?

En principio nos hallamos faltos de herramientas empíricas y conceptuales frente a un tipo de epidemia que tiene un baja dosis de mortandad en relación a la cantidad de infectados pero esa cantidad de infectados, si no se contiene la expansión a tiempo y correctamente, puede llegar en algunos casos al 90 por ciento de la población de un país,   con lo que  aunque la ratio  de mortandad sea baja, la cantidad de muertos,  en si  misma, puede llegar a ser muy alta y elevarse más aún por el colapso del sistema de salud de que se trate . Por ejemplo,  en un país como la India,  si no se tomaran medidas como las que adoptó China,  los muertos podrán contarse en cientos de miles, y los infectados en decenas de millones o más, lo que, para los más de mil millones de habitantes de dicho país, será un bajo promedio, pero como  impacto sanitario es brutal.

Se dice habitualmente, también en forma irónica, respecto de las estadísticas, que al que le toca sufrir el hecho poco le importa ser parte del cero coma x por ciento de probabilidad, ya que eso no impide que se muera igual.

Pero si hay algún elemento “empírico” que en este caso ayuda bastante a hacer pronósticos,  sino sanitarios, si económicos, sociales  y políticos sobre la cuestión,  son los “mercados”, es  decir  el comportamiento del capital financiero accionario, especulador,  que es la forma paradigmática del capital en nuestros días.

Los famosos mercados están totalmente alterados,  con un clara y sostenida tendencia a la baja ¿Y eso qué quiere decir?, ¿que el capital teme a una  hecatombe  sanitaria? ¿que está preocupado por la salud de la humanidad?¿ que le preocupa el dolor y el sufrimiento humanos?  Los muertos por este o por cualquier otro virus no afectan en nada al capital, es más, hasta en lo que concierne al capital farmacéutico o cierta industria química,  puede transformarse en una oportunidad de grandes ganancias. No, al capital no le importan los muertos  ni el hecho en sí de que haya muchos infectados. Al capital lo que le afectan son las propias medidas político-sociales que imponen los protocolos sanitarios en estas ocasiones. Protocolos que China cumplió al pie de la letra y ahora muchos otros países, aunque algunos algo tarde, parecen estar también cumpliendo.

Porque independientemente de que mueran más o menos personas, lo que por otra parte no influirá para nada en  el hipercrecimiento de la población mundial en el que estamos inmersos,  las estrategias necesarias para  enfrentar el virus en cada país,  lo que  producen, entre otras cosas, es un descenso tremendo de la demanda de mercancías. Y ¿qué es un capitalismo sin demanda (particularmente sin demanda agregada) de mercancías?

El capitalismo realmente existente hoy necesita imprescindiblemente que se mantenga la demanda irracional, artificial  e innecesaria de productos, de  lujo o de moda, o la demanda propagandísticamente  inducida a adquirir artículos (que sin esa inducción artificial nunca hubiéramos comprado). Eso es lo que sostiene la ficción  monumental del capitalismo financiero (etapa de la decadencia del capitalismo como sistema que tenemos el privilegio de  padecer) cuya sustentabilidad se basa en el préstamo desmesurado para la sobre-adquisición de bienes en “cómodas” cuotas. Este capitalismo de “ruleta” necesita como el oxígeno esa demanda consumista alocada, esos bingos  y casinos donde los trabajadores  vayan a dejar los últimos centavos de sus magros sueldos, cuando no sus sueldos enteros.

 La realidad  de una pandemia con las características de la del coronavirus  le pega en la línea de flotación al capitalismo de ficción,  que, como decimos, se sostiene sobre  la ilusión crediticia y consumista imperante, fundamentalmente, en los países del capitalismo desarrollado como EEUU,  Europa Occidental y Japón. Los aislamientos prescriptos en los protocolos para  hacer frente al coronavirus tienen el efecto, entre otros, de racionalizar al máximo la demanda a los bienes imprescindibles para vivir y poco más. Y esto durante varios meses. Un espanto para una economía capitalista con crisis de sobreproducción y entrando en recesión. Es cierto que pasada la pandemia  volverán quizá a regir las condiciones previas a su influjo  pero para entonces  la “explosión de la burbuja” ya se habrá producido, una burbuja enorme, mucho mayor a la del 2008, sin posibilidad ahora de ningún rescate bancario con “quantitative easing” (a riesgo de una debacle monetaria), es decir la quebradura del espinazo del capitalismo financiero mundial y, con él, la de todo capitalismo realmente posible, al menos en las formas en que lo conocemos.[1]

Respecto de China  precisamente no se podría decir lo mismo ya que las autoridades de tal país  es decir el Partido Comunista  y el gobierno chino  han privilegiado la contención inmediata de la epidemia  al costo que fuere necesario en términos económicos,  porque tienen resto económico para hacerlo pero, principalmente, porque  el gobierno chino no está dominado por ningún sector económico social,  llámese burguesía  o aristocracia  propietaria u oligarquía financiera capitalista, o grupos financieros internacionales, sino que es ( y lo ha demostrado claramente precisamente con la reacción a la pandemia del coronavirus) una burocracia estatal y partidaria que tiene como objetivo principal  la defensa de la soberanía de China,  el crecimiento de su economía y , (lo que la diferencia particularmente del resto de países con economías desarrolladas) el mejoramiento del nivel de vida de los chinos sin exclusiones ( ha sacado de la pobreza a 800 millones de personas en los últimos 30 años) algo que  en el mundo verdaderamente capitalista desarrollado no sólo no  existe sino que no puede existir, ya que sería  una contradicción a sus lógicas de desarrollo. Obviamente  hay países capitalistas neoliberales que son una excepción a esta regla y tienen buenos niveles de vida para casi todos  y buenos sistemas de salud también para casi todos pero son países de menores dimensiones geográficas, demográficas y económicas, y son pocos. Las necesarias excepciones que confirman la regla (y que han sido y son las muestras que usa el sistema en la lucha ideológica).

China logrará pasar esta epidemia,  como ya parece estar haciéndolo,  de forma rotunda eficaz y sobre todo  sin sacrificios  de ningún sector particular de la población a expensas de otro.

El coronavirus no es un problema precisamente para China,  aunque haya sido el lugar donde el virus “apareció”,  sino para  los países dominados por los grupos financieros del capitalismo actual. Es decir  la casi  totalidad del mundo  salvo países como Cuba, Vietnam, Corea del Norte o, tal vez, Venezuela y Nicaragua  que  también  tienen gobiernos  con un gran consenso popular  precisamente porque son gobiernos que no gobiernan para un sector de la población sino para todos, más allá de los aciertos o errores  que  cometan en sus gestiones y de los logros reales que alcancen en medio de un mundo capitalista que a varios de ellos  los rechaza, los aísla y los boicotea. Habrá que ver que pasa en Rusia que, si bien no es un país que se declame socialista o en vías de construir el socialismo, viene de una profunda cultura socialista que en no pocas oportunidades se hizo sentir tanto en su política externa como interna, con  apoyos prácticamente totales de su población a determinadas políticas del gobierno de Putin. Estos consensos que se dan en los países socialistas o en pos de construcción del socialismo (como se autodefinen los chinos) son en gran parte producto del hecho de que las burocracias integrantes del gobierno y del estado se someten, siempre, sin importar la crisis de que se trate,  a las mismas vicisitudes que padece el resto de la población, al menos en términos generales. Es decir  no se articulan como un grupo privilegiados de gestores de las grandes burguesías comerciales o financieras nacionales e internacionales que buscan salvarse a sí mismos y aquellos a quienes representan, sin importarles el resto. No será esto así en el total de los casos individuales de estos países socialistas pero lo es en la mayoría, casi absoluta, de sus dirigentes incluso de los más encumbrados. Si esto no fuera así sería inexplicable que se hayan podido mantener con sistema de partido único tanto tiempo, y a  lo largo de crisis tan tremendas, como el “período especial” cubano, las grandes hambrunas chinas o la terrible guerra de liberación de Vietnam y sus secuelas, hechos que hubieran barrido de un plumazo a cualquier gobierno  de las llamada “democracias” liberales capitalistas.

Por eso las bolsas accionarias se caen,  porque saben esto.  Saben que esta epidemia es una prueba de fuego que va a dejar cada vez más en claro que  el capitalismo como sistema ya no sirve más, está agotado, en crisis y en decadencia profunda, que todo el sistema está, como reza un dicho campestre argentino, “atado con alambre” y que va apareciendo una alternativa desde el seno mismo de la economía  capitalista  que está tomando otro camino, que finalmente aparece como el camino del futuro. La elección de ese camino es lo que enfurece tanto al poder mundial capitalista en los casos de Venezuela y Nicaragua, no por supuesto la aludida (con desenfadada hipocresía) “falta de democracia”, que no les preocupó un ápice en el caso de los golpes de estado en Brasil y Bolivia en los que, es más, ellos fueron los propulsores.

La historia parece jugar con el género humano. Justo cuando  los medios de comunicación masiva de los grandes grupos financieros  del mundo festejaban el triunfo del capitalismo, el fin de la historia, el último hombre  y la muerte de las ideologías,  el capitalismo empieza a caer de la manera que menos se lo esperaba. Paradójicamente (o no tanto)  el sistema capitalista que tuvo, en sus inicios, que soportar una de las epidemias más grandes que sufrió la especie humana, como  fue la “peste negra” del 1300,  la que superó con un costo enorme de vidas,  viene a quebrarse  ahora  con otra pandemia que, al menos en términos de infectados mundialmente, promete no quedar a la saga de aquella y sobre todo augura un “parate” económico fulminante  del sistema, nunca antes visto y en términos de semanas.

Esta es en cierta forma una predicción sin que el hecho se haya producido del todo todavía.  Pero  en el terreno de los dichos y refranes “si hay humo, debe haber fuego”.

 


[1] Esta cuestión de la etapa final del capitalismo que vivimos y que tiene cortos plazos lo analizamos en profundidad en “Globalización tercera y última etapa del capitalismo” Ed Luxemburg BA 2011

 



[1]   This issue of the final stage of capitalism in the short term that we are witnessing is analyzed in depth in Third and  last stage of capitalism, Ed Luxemburg,  Buenos Aires 2011

 

 

viernes, 2 de diciembre de 2022

Socialist System, Socialist Theory and Lessons from Socialist Countries ////// Sistema y Teoría Socialistas. Experiencias de los países socialistas





I was invited to visit China to take part in the International Academic Conference on the Theory and Practice of Socialism around the World in the 21st century in Beijing on December 12th, 2019 The following material was delivered at the meeting in the School of Marxism of Renmin University in Beijing where I went on behalf of the Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti (Marxist Studies Center Héctor P. Agosti) Buenos Aires, Argentina

This was my speech. (There is a version in English and another in Spanish to facilitate access.)


Me invitaron a visitar China para participar en la Conferencia Académica Internacional sobre la Teoría y la Práctica del Socialismo en el mundo en el siglo XXI en Beijing el 12 de diciembre de 2019. El siguiente material fue presentado en la reunión en la Escuela de Marxismo de la Universidad Renmin en Beijing donde fui en representación del Centro de Estudios y Formación Marxista Héctor P. Agosti, Buenos Aires, Argentina.

Esta fue mi intervención. (Hay una versión en inglés y otra en español para facilitar el acceso.)


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Socialist System, Socialist Theory and Lessons from Socialist Countries

Socialism has always been a political system based on the Marxist theory regardless the peculiarities of this theory's applicationin any country or at any time when this implementation was attempted.

Shortly after the 1917 Revolution –the first experience of a concrete application of the Socialist theory to a particular reality– the Third International was founded in order to extend Socialism as a world system, and in 1921 the Chinese Communist Party was founded to start the struggles led by Mao Zedong which in 1949 succeeded in creating the Chinese Socialist Republic. Thus a large part of Earth's population lived in Socialist states.

After WWII there emerged the democratic socialist republics in East Europe and North Korea in Asia. The Cuban Revolution triumphed in 1959 and Socialism was finally established in VietNam in 1975. All these countries have generally operated as a block beyond the differences they may have had in different historical moments due mainly to the great economic, political and military pressures Capitalism imposed on each of them and on Socialism as a whole throughout the 20th century.

The Communist and left wing parties, as well as the National Liberation Movements all over the world have always interacted as a system within the current geopolitical conditions based on the internationalist vocation inspired by Marx, Engels and Lenin's Socialist and Anti-Imperialist theory.


The 21st Century

The scientific and technological developments produced by Capitalism, especially in the fields of IT and communication have resulted in the major qualitative leap from the imperialist capitalist stage to the stage of capitalist globalization, characterized not by industrialism but by financial speculation which has reached monstrous scales fuelled by the new communication technologies and transportation that make it possible to redesign production and trade on a global scale according to the demands of the financial and stock markets.

According to Cervantes Martínez, "From the 1970s, the lower industrial profit rates, especially in the U.S.A. boosted the trend of capital to convert from production and trade into money speculation, which in turn led to the accumulation of a huge mass of money unable to find an outlet in the field of goods and services production. The potential productive capability far outpaces the market demands. As money circulation accelerates, the unchecked expansion of credit assigned to non-productive uses, the proliferation of stocks, commodities and all kinds of fictitious assets, the transnational linking of the stock markets as a means to concentrate capital and the unconstrained growth of state economic deficit and debts –in particular of the USA itself–, have created the conditions for a decisive transformation of the historic relationship between the process production and financial speculation, so that from now on the fate of imperialism is inevitably bonded to the domination of fictitious capital –a plain entitlement to claim the money– and its stifling pressure on productive capital. Speculation becomes the dominant form of reproduction of transnational capitals with the constant threat of slumped credit and depression, the accompanying destabilizing fluctuation of prices of raw materials and agricultural and industrial goods, of currencies, of the quality of life of the people and the political stability of the States." 

The United States viewed the disintegration of the Soviet Union as a sort of permanent universal triumph of Capitalism.At that very moment we see the first great paradox of globalization showing the new economic and political mechanisms of the new stage: the productive world system had to move to more cost-efficient areas, something that required a redesigned financial market and there was only one country able to offer the three required variables for that purpose: availability of a massive workforce, low comparative wages and social and political stability. That was the People's Republic of China and the demands of the paradox made it necessary to preserve the social and political stabilityof Socialist China. 

Deng and the leaders of the Chinese Communist Party understood the new situation and, following the reforms started in '78, the new phase began with Deng's well known tour of the south in 1992 and the designation of Jian Zemin as Premier. Chinese state owned companies were adapted and developed and, above all, direct foreign investment was encouraged in some regions so that China began to perform as the world industrial workshop, acquiring in the process a number of  new technologies.

As a result, the Chinese Gross National Product shot up at rates unseen anywhere else. However, because this process was autonomous from the world globalization, China managed to emerge practically unscathed from the crisis that engulfed its neighbors –the Asian tigers– in 1997/98 and alerted the whole capitalist world.

On the other hand, both in Russia and the rest of the ex-Soviet republics and East European countries, the initial political rise of the most neoliberal leaning factions and their economic overkill –especially by the end of Gorbachov's term in office– that resulted in the looting of large state assets, allowed the transnational corporate media to boast of the liberal "revolution" that had come to liberate those peoples from the "yoke of the socialist dictatorship".  However, as we have all seen clearly when the dust of the neoliberal landing in those countries settled, most of them did not welcome the said reforms, most particularly in Russia, where it caused a widespread sudden drop of the standard of living.There was no social or political backlash against their socialist past, nor trials for crimes committed in those times. The armed and police forces still enjoyed respect and the Communist parties did not vanish but kept on participating in politics. Moreover, though weakened and reduced to a minimal level, Communist parties are still active in most of the world and after that initial shaky crisis, all of them have grown in numbers and political participation. 

Continuity in such historical circumstances, for these parties reduced and disorganized but still resistant to the overbearing advances of the new neoliberal imperialism was only possible due to the ideological inheritance and the social capital amassed through the 20th century struggles and, chiefly because the socialist countries reached extraordinary levels of development in spite of attacks, bombs, aggressions and constant blockade by the imperialist powers.

The ideology of the working class, very much alive in these struggles and resistance was the unifying key in those conflicts that escalated to wider and more massive expressions in the next period: the second stage of globalization.

On November 14, 2012, the resolution of the 18th National Congress of the CPC stated that "Raising high the great flag of Socialism with ChinesePeculiarities and inspired in the guidelines of Marxism-Leninism, the ideas of Mao Zedong, the theory of Deng Xiaoping, the important concept of triple representation and the scientific conception of development, the report has analyzed the evolutionand change of the internal and external situation...".

Beyond the formalities of address, the concepts of Marxism-Leninism and "scientific conception of development" –entirely consistent with each other– set up in a guiding rank document by the Party that leads one of the first world powers and the only one rising in importance, must necessarily have defining significance in the analysis of the period.

Thus the concepts of Marxism-Leninism and "scientific conception of development" are much more than rhetorical ornaments in the CPC resolution, but denote the validity of a revolutionary trend that, far from depleted, has again and again kept and reformulated the Marxist theory with materialist and dialectic foundations.

Within globalization, the historical subject is a dialectical synthesis of the historical subjects of the two previous stages,  namely the rural and urban working masses, the internal migrants from the countryside who are excluded in the cities and the also excluded working, middle class and salaried sectors.In this sense, the new social movements that arose because of the excluding and exploiting effects of globalization in the past 20 years largely represent the interests of these majority masses. But they are also represented by the left wing political organizations created during the previous imperialist period, i.e. the political parties that endeavored to promote the interests of the working class and the people in their struggles against imperialism and are still active, influencing those masses directly and indirectly. All of them –at national and international levels- have the single purpose of becoming the collective expression of the historical subject acting and organized from the grassroots.

But this is still only a part of the current revolutionary subject. The historical revolutionary subject is composed of two parallel movements.

The other dimension of this subject is expressed by political processes enacted by regional blocks like Latin America or Sub Saharian Africa, or the strategy of large countries like Russia, China and sub-regions or religious communities like the Arab world, including the growing struggles of the European and North American peoples which we mentioned earlier. 

The current historical subject has become regionalist and universalist, must include the left wing Communist and revolutionary parties because they contain the historical and political assets accrued throughout the 20th century and are until now the main actors in the actual attempts to bring about Socialism. And it should also include all the new social organizations and movements that sprang in the Third World struggles of this century, as well as the Socialist political processes fighting for survival against imperial aggressions such as Cuba, Venezuela, Nicaragua and Boliviain Latin America.  Other powers are also facing and resisting the advances of financial international capitalism and neoliberalism, like Russia, Iran, the Ukrainian republics of Donetz and Lugansk and others, and must also be considered strategic allies in the global struggle against imperialism.

This clearly indicates that the events in the People's Republic of China as the most populated continental nation and its Communist Party show the way in the worldwide strategy for emancipation and Socialism. 

Therefore China and the CPC are an intrinsic part of the world vanguard of the struggle for Socialism.




Sistema y Teoría Socialistas. Experiencias de los países socialistas  


 El socialismo real siempre ha funcionado como un sistema mundial basado en una teoría única, el marxismo, sin perjuicio de las peculiaridades que la aplicación de esta teoría tenga en cada país donde se aplica y en cada época en que se ha intentado su aplicación. A poco tiempo de la Revolución de 1917, primera experiencia de aplicación concreta de la teoría socialista a una realidad particular, se creó la Tercera Internacional con el fin de extender el alcance del socialismo como sistema mundial. En 1921 se fundó el Partido Comunista Chino y se iniciaron en China las luchas que, bajo la conducción de Mao Zedong llegaron a la victoria y a la aplicación del socialismo en China en 1949. Así, pasó a estar viviendo bajo el socialismo gran parte de la población del planeta. También luego de la Segunda Guerra mundial se crearon en Europa del Este las Repúblicas Democráticas Socialistas y en Asia surgió Corea del Norte, en América Latina en 1959 Cuba inició su camino en el socialismo y en 1975 se produjo el triunfo definitivo del socialismo en Vietnam. Todos estos países han tendido a actuar siempre como un sistema más allá de las diferencias que, en determinados momentos históricos, hayan tenido lugar entre ellos, sobre todo debido a la gran presión económica, política y militar a la que los sometió el capitalismo durante todo el siglo XX, a cada uno de ellos y al sistema socialista mundial como un todo. Los distintos partidos comunistas y revolucionarios de izquierda, los partidos populares y los movimientos de liberación nacional en todo el mundo actuaron, siempre dentro de las posibilidades de la geopolítica del momento, como un sistema basado en la vocación internacionalista de todos estos actores inspirados en el fondo en la misma teoría socialista y antiimperialista de Marx, Engels y Lenin. 


El Siglo XXI

Al calor del desarrollo científico técnico, que había venido produciéndose en el capitalismo, sobre todo a partir de las tecnologías informáticas y de la comunicación, se da el gran salto cualitativo de la etapa capitalista imperialista a la etapa capitalista de la globalización y esta nueva etapa no va a tener ya como base el industrialismo, sino la renta financiera, posible en escalas inimaginables a partir de que las nuevas tecnologías de comunicación y transporte que permitían rediseñar la producción y el comercio a escala mundial de acuerdo a la conveniencia de los flujos financieros y bursátiles globales. Cervantes Martínez dice: «A partir de la década de los setenta, la baja de la tasa general de ganancia industrial, sobre todo en los Estados Unidos, acentúa la tendencia del capital a moverse de las formas productiva y mercantil a la forma dineraria, y conduce a la acumulación de una inmensa masa de dinero sin capacidad de encontrar salida en la esfera de la producción de bienes y servicios. La capacidad productiva potencial sobrepasa con creces la capacidad de absorción del mercado. Con la aceleración de la circulación monetaria, la expansión desmedida del crédito destinado a funciones improductivas, la proliferación de acciones, obligaciones y toda clase de valores falsos, la interconexión transnacional de las bolsas como medio de concentración del capital y el crecimiento incesante de la deuda de los estados y de sus déficits económicos -en especial, del propio Estado norteamericano-, se crean las condiciones para una transformación definitiva de la relación histórica existente entre el proceso de producción y la especulación financiera de manera que, en lo sucesivo, la suerte del imperialismo quedaría ligada a la dominación del capital ficticio -simple título para la reclamación de dinero- y a la presión asfixiante de este sobre el capital productivo. La especulación se convierte en la forma dominante de la reproducción del capital transnacional con su permanente amenaza de derrumbe crediticio y de depresión, sus concomitantes fluctuaciones desestabilizadoras de los precios de las materias primas y los productos agrícolas e industriales, de las monedas, del nivel de vida de la población y de la estabilidad política de los Estados»2.

Desde los Estados Unidos, la desintegración de la Unión Soviética se veía como una especie de triunfo permanente y universal de los valores capitalistas. En ese preciso momento se da la primera gran paradoja de la globalización que muestra a la vez la distinta dinámica que en términos económicos y políticos habrá de tener la nueva etapa: El necesario desplazamiento del taller mundial productivo a zonas de mayor eficiencia en términos de costos, que exigía el rediseño financiero de la nueva etapa del capital, encontró sólo un país que podía brindarle completamente las tres variables necesarias para ese propósito: masividad de mano de obra disponible, bajos costos salariales comparativos y estabilidad social y política. Ese país era la China socialista y la propia paradoja exigía que esa estabilidad social y política existente en China, pudiera necesariamente mantenerse. Deng y los líderes del Partido Comunista Chino advirtieron claramente la nueva situación y como continuidad de las reformas que se venían impulsando desde el 78, se inicia la nueva etapa con la famosa gira de Deng por el sur en 1992 y la asunción de Jian Zemin como premier. Se reforman y desarrollan las empresas estatales chinas y sobre todo se admite por primera vez la inversión extranjera directa en determinadas zonas del país, con lo que China empieza a recibir en casa al taller mundial (y ha apropiarse de la tecnología que lo acompaña). Todo esto produce un desarrollo del PBI chino nunca visto antes en tan corto tiempo en ningún país, pero en una forma autónoma de la globalización mundial lo que le permite salir prácticamente indemne de la crisis de sus vecinos, los Tigres Asiáticos, en 1997 y 1998, crisis que puso en alerta a todo el mundo capitalista. Por otro lado, tanto en Rusia como en el resto de las repúblicas soviéticas y en los países ex socialistas de Europa del Este, el avance político inicial de los sectores más proclives al neoliberalismo, particularmente a partir de finales del gobierno de Gorbachov, que terminaron en un saqueo de grandes activos del estado, permitieron a la prensa mundial del capital transnacional montar un show sobre la «revolución» liberal, que habría venido a liberar a esos pueblos del yugo opresivo de la dictadura socialista. Sin embargo, está comprobado, y pudo verse con mayor claridad pasada la polvareda del desembarco neoliberal en esos países, que la mayoría de esos pueblos no acogieron con ningún agrado tales reformas, sobre todo en Rusia, donde causó un abrupto descenso del nivel de vida de la población en general, como sucedió también en otros países. No hubo ninguna reacción social o política contra el pasado socialista, ni juicios por crímenes cometidos en aquellos tiempos, las FFAA y las policías siguieron gozando del mayor respeto por parte de la población y los partidos comunistas no se diluyeron sino que permanecieron actuando políticamente. Es más, aunque en muchos casos se han debilitado y llegado a casi una mínima expresión, en casi ningún lugar del mundo desaparecieron los partidos comunistas. Y, a partir de ese primer momento de extrema debilidad de varias de estas agrupaciones políticas, todas ellas han crecido política y numéricamente. La subsistencia en semejantes circunstancias históricas de todo este frente partidario aún disminuido y desarticulado, pero resistente al avasallamiento del nuevo imperialismo neoliberal sobre los pueblos, fue posible solo gracias a la herencia ideológica, al capital histórico, que legaron las luchas del siglo XX y, particularmente, al hecho de haberse logrado, en aquel momento, la edificación de países socialistas, que alcanzaran inimaginables niveles de desarrollo bajo las balas, las bombas, el acecho y el aislamiento constante por parte del capital imperialista. La ideología de la clase obrera, viva en todos estos procesos y resistencias, ha sido la que desempeñó el papel unificador de esas luchas, de modo que pasaran a mayores, y más masivos niveles de expresión en el período siguiente: el segundo período de la globalización. La resolución del XVIII Congreso Nacional del Partido Comunista Chino del 14 de noviembre de 2012 reza: «Manteniendo en alto la gran bandera del socialismo con peculiaridades chinas y tomando como guía el marxismo-leninismo, el pensamiento de Mao Zedong, la teoría de Deng Xiaoping, el importante pensamiento de la triple representatividad y la concepción científica del desarrollo, el informe ha analizado la evolución y el cambio de la situación interna y externa…». Más allá de las formalidades del discurso los conceptos de Marxismo-Leninismo y concepción científica del desarrollo, por otro lado totalmente concordantes entre sí, establecidos en un documento de ese rango por el partido que conduce a la, en muchos aspectos, primera potencia mundial y la única de las grandes que se mueve en sentido ascendente, no puede dejar de tener connotaciones de alta trascendencia en el análisis de la época. Por ello los términos marxismo-leninismo y concepción científica del desarrollo no son ornamentos retóricos de la resolución del PCCH, sino que denotan la vigencia de una tendencia revolucionaria que no sólo no se ha agotado, sino que ha sabido mantenerse y reformularse a la vez que reactualizaba consciente o inconscientemente la teoría marxista en un sentido materialista y dialéctico. En la globalización el sujeto histórico es una síntesis dialéctica de los sujetos históricos de las dos etapas anteriores, es decir es la masa trabajadora en general, rural y urbana, aquellas masas provenientes del ámbito rural que no encuentran cabida definitiva en la ciudades, los sectores obreros, medios, empleados y excluidos. En ese sentido los nuevos movimientos sociales que se han generado a raíz de las urgencias discriminantes y excluyentes de la globalización en los últimos 20 años representan en gran parte intereses de estas amplias masas. Pero también los representan las organizaciones políticas de izquierda que se formaron a lo largo de la etapa imperialista anterior, es decir los partidos de izquierda que encarnaron la conducción de los intereses de la clase obrera y el pueblo en las luchas contra el imperialismo y todavía existen y actúan políticamente y tienen sobre esas masas dispar influencia directa e indirecta. Todos ellos en su unidad no solo nacional, sino a niveles regionales e internacionales, son la conducción colectiva de esta forma de expresión actual del sujeto histórico movilizada y organizada desde abajo. Pero esta es aún sólo una parte del sujeto revolucionario actual. Aquí hay que señalar que el sujeto histórico revolucionario en la globalización tiene dos movimientos en paralelo. La otra dimensión del sujeto se manifiesta en forma de procesos políticos en bloques, como América Latina o el África Subsahariana, o la estrategia de grandes países como Rusia, China y subregiones o comunidades religiosas como el mundo árabe y también con las luchas crecientes de la clase obrera y los pueblos de Europa y EEUU. A ello nos referimos anteriormente. El sujeto histórico es ahora necesariamente universalista y regionalista, debe incluir a los partidos de izquierda comunistas y revolucionarios porque son los portadores del capital histórico y político de las luchas más importantes del siglo XX y los principales actores en los intentos reales de construcción de socialismo hasta ahora. Pero también a todas las organizaciones sociales y movimientos nuevos surgidos al calor de las luchas populares en el siglo XXI, y a los procesos políticos socialistas que luchan por su supervivencia ante los ataques imperiales como Cuba, Venezuela y Nicaragua en Latinoamérica. También aquellos procesos políticos que se enfrentan a las fuerzas del capitalismo financiero internacional y del neoliberalismo como Rusia, Irán, las repúblicas ucranianas de Donetz y Lugansk y otros deben ser considerados parte o aliados estratégicos de la lucha por el socialismo y contra el imperialismo a nivel global. Y también va quedando en claro que los movimientos de la República Popular China como país continental y el más poblado del mundo y además la primera economía mundial y de su Partido Comunista, influyen en todo el sistema mundial de luchas por la emancipación y el socialismo. En ese sentido China y el PC chino constituyen parte de una vanguardia mundial en la lucha de los pueblos por el socialismo.

CHINA

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jueves, 1 de diciembre de 2022

NUEVA ETAPA

 


Hola Amigos  Bienvenidos  a esta nueva etapa de mi blog

A partir de ahora publicaré  en inglés y castellano todos los artículos algunos ya publicados anteriormente y otros muchos nuevos  centrándome en el tema de el marxismo hoy  la visión de China desde el materialismo histórico  y las actualizaciones que debemos hacer en términos de marxismo y materialismo histórico a la luz de todos los procesos que se han desarrollado en el mundo en los últimos 50 años En esta oportunidad publico un trabajo  realizado en 2019 en el que adelanto algunos conceptos fundamentales de mi visión de la historia y el momento actual y de aquí en mas  la publicación de trabajos desde esa fecha en adelante 


Hello friends, welcome to this new stage of my blog.

From now on I will publish in English and Spanish all the articles, some already published previously and many other new ones, focusing on the theme of Marxism today, the vision of China from the historical material and the updates that we must do in terms of Marxism and historical matrialism in light of all the processes that have developed in the world in the last 50 years. On this occasion I publish a work carried out in 2019 in which I advance some fundamental concepts of my vision of history and the current moment and  from now on the publication of works from that date onwards.



KEYWORDSN PALABRAS CLAVES


#Marxism21stcentury #MarxismosigloXXI

#HistoricalMaterialsmupdated /// #ActualizacionMaterialismoHistórico


#CurrentHistoricalSubject #SujetoHistoricohoy


#StagesofCapitalism #Etapasdelcapitalismo

#ThirdStageofCapitalism /// #CapitalismoTerceraEtapa

#Globalization3rdStage   /// #Globalizacion3raEtapa

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domingo, 8 de mayo de 2022

La Celebración

 

Celebración

En septiembre de 1938, el Primer Ministro británico alcanzaba la supuesta paz en Europa a expensas de entregarle (como si fueran propios) los Sudetes checoslovacos a Hitler. La imagen de un satisfecho Neville Chamberlain agitando el papelucho en el que había logrado extraerle a Hitler la firma del compromiso devino en patético símbolo de la ambigüedad del capitalismo europeo occidental frente al nazismo cuando Hitler, incumpliendo (como era claramente de suponer) su promesa, inició su expansión imperialista precisamente en Checoslovaquia y el nazi-fascismo demostró toda su monstruosidad. A partir de entonces, Europa Occidental prefirió hacerse la distraída ocultando el recuerdo de aquella imagen tan británica de Chamberlain regresando del “Pacto de Munich” (hoy interpretado magistralmente por Jeremy Irons en una reciente miniserie ) , o  el de la Francia de Vichy entregada casi sin pelear a los brazos del Tercer Reich.

Frente a la contundente demostración en la posguerra de los horrorosos crímenes del fascismo y el nazismo, todos quisieron celebrar la victoria a partir del 45 aunque ello los pusiera circunstancialmente al lado de la URSS (verdadera artífice, a un enorme costo, de la derrota de la “bestia parda”). Pero el coqueteo con los nazis (y la oculta esperanza de que sirviera para debilitar e incluso hacer desaparecer a la URSS) ya había quedado registrado para siempre.

Tragicómicamente, la historia se repite y hoy las “grandes democracias europeas” vuelven no sólo a coquetear sino a apoyar militarmente a un fascismo ucraniano que hace más de ocho años viene generando un genocidio en la región del Donbass, hace gala permanente del racismo y la xenofobia, usa simbología nazi desembozadamente y, con la OTAN a sus espaldas, puede generar en cualquier momento un conflicto mundial, ahora con implicaciones nucleares.

 Queda en claro, si no se olvidan/ocultan los acontecimientos antes mencionados, que las “democracias occidentales” no vacilan en “jugar con el fuego del fascismo” frente al horror que les causa el comunismo. Y, si bien la actual Rusia no es la URSS ni es un país socialista, es cada vez más evidente que, a los ojos del capitalismo realmente existente en nuestros días, financiero y globalizado, capitalismo parasitario y “de casino”, improductivo-depredador, Rusia (y China) resulta un serio obstáculo geopolítico.

Frente a los  planes del capitalismo, de la etapa de la  globalización, de  dominio mundial hegemónico y unipolar  a través de la extorsión financiera y el militarismo,  el desempeño internacional de países como Rusia y la República Popular China (gobernada por su Partido Comunista) y su laboriosa construcción de redes virtuosas  de apoyo y alianzas con países como Cuba,  Venezuela y  Nicaragua por referirnos solo a América Latina y el Caribe,  están generando una contracorriente  mundial que acelera el naufragio final  del viejo imperialismo devenido en decadente  ( y no por eso menos peligrosa) fuerza reaccionaria,  ya decididamente a contramano de la historia.

 ¿Qué celebrará Europa este 7/9 de mayo, aniversario de la rendición del hitlerismo? ¿Celebrarán Inglaterra y Francia el Pacto de Munich? ¿Celebrará Francia la colaboracionista “República de Vichy”?

 ¿Qué celebrará Alemania?